Capítulo 6

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°⚘°Dos días después °⚘°

|Victoria|

Estaba con la espalda apoyada en la portería, jugando con mis dedos para distraerme mientras esperaba. Estaba en un debate mental si ir o no por los audífonos olvidados en mi habitación ya que sentía que había mucho silencio. Revisé mi totebag para asegurarme que el queque esté bien, no quedó tan lindo pero según mi abuela eso no importa mucho si se hace con buena intención, igual no me había convencido y quise hacer otro pero dejé la cocina hecha un asco y ella me hecho ya que es una mujer que no soporta el desastre.

Ojala le guste ese queque... Podría pasar a comprar uno al supermercado si lo encuentra malo o ir por un helado para cambiar el sabor a glaseado mal hecho.

— ¿Y esa mina? — Levanté la cabeza al escucharlo con una voz de fingida sorpresa. Caminó hacia mí con unos audífonos de cable, en su mano la correa del Hugo que quería correr hacia mí y su mochila colgando en su hombro.

Lo saludé al mismo tiempo que me apartaba de la pared, el Hugo se acercó a olerme y me causó cosquillas.— Te tengo tu queque. — Levanté un poco mi totebag y altiro noté su emoción. — Te aviso altiro que no es una maravilla culinaria.

— No importa, estoy seguro que está bueno. — Se quitó un audífono y sus ojos se achinaron un poco al sonreír.

— No te ilusiones. — Repito.

— Muy tarde. — Seguro está idealizando a mi quequito todo feo. — Yo igual tengo algo para ti.

Él descolgó la mochila y noté que tenía un ramo de flores. Parpadee quieta en mi lugar y miré al Huguito que parecía sonreirme mientras su dueño me entregaba un ramo de hortensias celestes, lirios de agua y otras flores pequeñitas blancas que no reconocí. No respondí mientras miraba el ramo en mis manos, me llené de felicidad y sonreí sin poder evitarlo.

— Estos son lirios, hortensias y las más chiquititas son fresias. — Explicó apuntando al ramo. — Es... Un pequeño regalo por no dejarme tirado en las escaleras.

Lo miré y sonreí aún más. — Gracias, es muy lindo.

— Tiene un significado cada flor, o eso dijo la señora que me ayudó a hacerlo. — Se encogió de hombros. — Te lo podría contar pero te vai a aburrir, esa señora tiene un libro gigante con el significado de todas las flores.

Siempre quise entender el lenguaje de las flores porque pillaba super romántico poder expresar algo a través de un ramo, así que mi curiosidad aumentó mientras guardaba el regalo en mi bolsita. Iba a preguntarle sobre eso pero el Hugo empezó a ladrar y puso sus patas en mis piernas, era un golden retriever grande así que casi pudo lamer mi cara.

— Hugo, deja a la Vi — Lo regañó pero el perro no hizo caso. No me molestaba así que le acaricie la cabecita.

— Tiene mucha energía.

— Si, por eso lo tengo que sacar todos los días o destruye el departamento. — Tiró suave de la correa y el perro se alejó. — ¿A dónde querí ir?

Miré al Hugo y recordé al Mushu, ese gato tiene la alfombra de mi abuela casi destruida porque ama enterrar sus garritas así que debería comprarle algo para que se distraiga.

— ¿Conoces alguna tienda de mascotas? El Mushu necesita juguetes.

— Por la costa hay una, deberían vender cosas para tu wawa. Ahí le compre su collar de huesitos al Hugo. — Él empezó a caminar junto a su perro y los seguí.

— ¿Dejaran entrar al Hugo? — No quería dejarlos afuera, seguro me daría pena ver al perrito fuera del lugar y aburrido.

— Seguro si, él se porta bien casi siempre, además los de la tienda ya me conocen. — Cambió la canción que estaba escuchando por una de Taylor Swift, mis ojos se pillaron con los suyos y noté que se pusó a sonreír— ¿Qué? — Preguntó como si no se hubiera dado cuenta que caché.

Nuestro desastre [En Pausa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora