Capítulo 9

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|Mathias|

Me balanceaba en los columpios mientras comíamos helado, sentía la mirada juzgadora de los niños que querían usar los juegos pero como estos estaban ocupados, nos criticaban desde el tobogán.

Miró al Nico — Oye, deja el celular po'.

Él apaga el teléfono y sigue comiendo su helado de menta. wakala.

— Perdón, es que me voy a juntar con la Vi hoy y parece que... — Alcé y baje las cejas mientras le sonreía de una forma que sé que lo aburre. — Oh, el aweonao'

— ¿Qué? ¡yo no dije nada!

— Se que me querí molestar, eri como un cabro chico. — Comió su helado mientras se balanceaba en su columpio.

Rodé los ojos — Mira quien lo dice. ¿Andai feliz con tu heladito y el columpio?

Él frunce el ceño — Hermano, fue tu idea. — Se siguió balanceando. — Pero si, aunque esos niños nos van a terminar sacando de aquí.

— Que se esperen, ellos tienen una vida por delante. — Comí mi helado mientras me encogía de hombros. Miré al Nico y me quedé en silencio unos segundos — Oye, ¿te andai joteando a la Victoria?

— El medio cambio de tema po'

— Yapo, dime. — Me llevé una mano al pecho y lo miré con una exagerada indignación. — Ya no me pescaí como antes. ¡¿Qué pasó con nuestra relación?!

Rodó los ojos. — No seaí dramático, tú tampoco me contai nada.

Lo miré confundido. — ¿Cómo qué po'? Hermano, yo cuento hasta lo que no es mio.

Asintió y chasqueó la lengua— ¿Estai peleado con el Alex?

Me quedé callado pero quería decir mucho. Me hice un enredo de emociones con solo esa pregunta y únicamente logré soltar:

— Ese aweonao quien lo conoce. — Chasqueé, restando importancia.

Alzó las cejas — Y le andai sacando pelea a cada rato. — Dijo con sarcasmo.

Algo que no me sirve para ocultar como me siento es que soy un boca de tarro y soy incapaz de guardarme las cosas pa' mi. El Nico me miraba fijamente, sabiendo que eso me echaría presión.

— Si te lo digo no gritei. — Advertí.

— ¡Cuenta po'!

Oh, la vieja copuchenta.

Fruncí el ceño. — ¡Ya, oh! — chasqueé de nuevo y luego balbuceé con menos seguridad de antes — La lesera es que tal vez le di un piquito al Alex en el año nuevo.

El Nico me miró como si no me creyera. — ¿Solo uno noma'?

— Ya, dos tal vez. Pero lo mismo.

Recordar eso me revuelve la guata. El Alex me lleva gustando desde que tenía unos quince años, pero el empezó a pololear con una mina y solo el Nico sabe como sufri. Creí que ya no estaba ni ahí pero luego medio curado pasa eso y él lo devuelve.

El Nico parece igual de sorprendido que yo al darse cuenta de que es verdad.

— ¿Entonces por qué andai enojado? — Preguntó con incredulidad.

Solo recordar eso me hace picarme de nuevo.

— Que luego llamaste para irnos y él lo aprovechó para irnos como si nada — Soné un poco más dolido que enojado. — Y ahora anda actuando como si nada.

El Nico se pasó una mano por la cara. — El Alex es leso y tu lo sabí más que ninguno. — Pareció pensar. — Seguro está perdido, no es excusa para que sea así contigo pero tal vez debe pensar.

Nuestro desastre [En Pausa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora