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Abrí los ojos con rapidez mientras suspiraba viendo el techo de mi cuarto, limpie las lágrimas que habían salido de mis ojos y me levanté con pereza para saber cual Luisa me había tocado en esta vida.

Me limpie, organice todo y salí de mi casa en busca de Luisa, definitivamente no me esperaba que lo primero que hiciera al verme fue hacercarse a mi, tomarme de la camisa y levantarme mientras me vía casi para asesinarme con la mirada.

-¿Te crees muy graciosa dándonos esos dulces vencidos?-

Yo quedé desconcertada por lo que escuche y ella se veía más molesta por eso

-ahora te haces la que no sabes ¿Verdad?, Tu misma se los diste, casi me envenenas-

Ella me sacudió un poco con rabia

-¿Te comiste los dulces que le di a Mariana?-

Cerré los ojos con fuerza cuando me tiró al suelo y se fue enojada

-¿Te lo comiste?-

Le volví a preguntar después de seguirla, no sabía cómo sentirme después de esa confesión, tenía entendido que cada que hablaba con la voz en la habitación blanca significaba que había muerto, pero si Luisa me está alegando por los dulces que le di a Mariana significa que estoy en el mismo mundo de antes.

-Largate no quiero verte-

Casi me escupió en la cara sus palabras, sentía algo de felicidad y tristeza por saber que al final no había muerto aunque seguia en el mismo mundo en donde Luisa me odia.

-¡T/N!-

Escuché como gritaron mi nombre y pare de inmediato mirando como Mariana se acercaba a mi con una bolsa negra en la mano.

-¡¿Por qué no vio la fecha de vencimiento de esos dulces?!-

Me aguante las ganas de reir cuando ví que lo de la bolsa era papel higiénico

-perdon, debí comprobar que fueran del año pasado y no solo de tres meses de vencimiento-

Le dije, ella se veía sorprendida por lo que le dije, quería seguir con el plan pero la voz me había dado una segunda oportunidad no iba a desaprovechar mi vida en una venganza, disfrutaría cada momento, así que después de burlarme de ella por un rato más salí corriendo por el pueblo haciendo todo lo que no había podido hacer en mucho tiempo, pero está claro que siempre viene la calma antes de la tormenta.

Destinadas a estar juntas / Luisa madrigal x tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora