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Después de pensarlo mucho, tenía la solución a mis problemas, para no lastimar a Mariana y demostrarle a Luisa que si decía la verdad, solo tenía que hacer que Mariana me dejara de amar y así Luisa me pediría algo diferente a enamorarla porque ya no le gustaría.

Tome mi canasta y puse el arroz con leche, el mantel y las frutas para encontrarme con Mariana.

Salí de la casa y fui a la de ella, toque la puerta y después de unos segundos ella salió con un vestido hermoso de color amarillo pastel.

-estoy lista, vamos ya-

Me dijo ella y yo asentí siguiéndole el paso, fuimos a un bosque, me recordaba a la vez que fui a buscar a Luisa al bosque donde fue con su exmarido.

-¿Que te parece si nos sentamos por aquí?-

Ella me habló, estaba sobre una zona con pasto frondoso pero no demasiado y algunas flores amarillas por los lados, yo asentí y saque el mantel poniéndolo en el piso, ella se sentó y luego yo al frente de ella.

-estoy muy emocionada de salir contigo, siempre me parecíste muy linda-

Yo le agradeci el alago con algo de vergüenza y ella me dió una sonrisa brillante

-bueno comamos-

Dije yo para evitar el contacto visual con ella, ambas comimos y nos pusimos a reposar la comida, cerré los ojos por un momento y solo me relaje por primera vez en tres muertes.

-sabes t/n, pensé que me odiabas-

-¿Porque haría eso?-

Le pregunté con curiosidad

-la otra vez, me miraste tan fríamente que pensé que querías matarme o algo por el estilo-

Yo rei por sus palabras y me disculpé si esa fue la idea que le di alguna vez, ella sería una buena amiga y me gustaría que lo fuera si es que quiere ser mi amiga después.

-oye-

Ella me susurro y abrí los ojos cuando sentí un peso de más sobre mi, me asusté mucho cuando la ví sobre mi y me besó de repente.

Destinadas a estar juntas / Luisa madrigal x tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora