Capítulo 3: La casa de Cobra, la bruja loca.

92 11 2
                                    

La cabeza me pesa mucho. Me he caído al suelo y no puedo levantarme. Tengo los ojos cerrados, no me atrevo a abrirlos.

-¡Hey Max, despierta!- Oigo la voz de Sael muy cerca de mí.

Cuando abro los ojos, la luz potente de un sol muy naranja me deslumbra tanto que me  obliga a cerrar los ojos nuevamente. Cuando consigo acostumbrarme a la potente luz del extraño sol, admiro y analizo el paisaje con detenimiento.

Nos encontramos en el claro de un bosque. Estamos justo en el centro de este, donde está situado un altar que tiene el portal que nos ha traído hasta aquí.

Hay algunas plantas que parecen normales, pero hay otras muy extrañas. Hay una que tiene un agujero muy grande. Se ha metido un roedor muy extraño y el orificio se ha cerrado bruscamente, se ve que es una planta carnívora de aquí.

La fauna también es rara. Hay insectos muy grandes y con colores muy vivos. Aunque eso parece...

-Nail... ¿Estás viendo lo mismo que yo?- Le pregunté señalando con la mano temblorosa a un árbol que delimitaba el claro.

-¿Te refieres a eso? -Dijo Nail con aires altivos. -Eso es un hada, algunas son pacíficas, como esa que tienes ahí, pero te aconsejo que no te acerques mucho a ellas.

-Pero... Yo pensé que eran más bonitas, esa parece un bicho... -Dijo Ray con una expresión de terror en su cara.

-Bueno, aquí no es todo alegría y belleza, acostúmbrate a pensar que esto es un  mundo hostil. -Dijo Sael.

-Y bien, ¿dónde estamos?-Pregunté poniéndome en pie mientras me sacudía la hierba que se me había quedado pegada en las ropas.

-Estamos en la región de Samantia, más concretamente en el bosque de la casa de Cobra. -Dijo Sael.

-¿Quién es Cobra? -Pregunté asustado.

-Es una bruja loca que se llama así porque tiene muchas serpientes. Vive aislada del pueblo porque nadie la entiende, pero tranquilos, somos amigos de ella y no os hará daño. -Dijo Nail mientras se abría paso en la densa capa de árboles.

-Ahora que me doy cuenta, -continuó Ray.- estos árboles son extremadamente altos.

-Claro, estamos en una región de bosque, este lugar está lleno de estos árboles, en invierno crecen mucho para alcanzar mejor los rayos del Sol, pero en verano menguan porque, en esta región el Sol es muy potente y no necesitan ser tan altos. -Dijo Sael.

-¿Estamos en invierno con este calor?-Pregunté con curiosidad.

-Sí, esta es una de las regiones más calurosas del Mundo de Malia. -Dijo Nail. -Venga, seguidme que ya hemos llegado.

Apenas tardamos cinco minutos en atravesar el bosque, se ve que el claro del portal y la casa de Cobra estaban muy cerca entre sí.

La casa estaba construída más a lo alto que a lo ancho, tenía varios pisos. En la entrada, habían unas escaleras a las que la hierba había alcanzado. Se ve que esta región de Malia es muy fértil, y la vegetación no necesita mucho para sobrevivir. 

La entrada estaba decorada con infinidad de objetos que desprendían diferentes olores (no muy agradables) que colgaban unos de otros, y que llegaban a tocar el suelo. 

-¿Qué son esas cosas que están colgadas del techo de la entrada? -Preguntó Ray, que al igual que a mí, nos había sorprendido.

-Esos son amuletos de la suerte místicos, sirven para auyentar los malos espíritus y las malas pulsaciones. En verdad no sirven de nada, los espíritus no existen, pero Cobra está loca y cree en esas cosas. -Dijo Sael a la vez que tocaba la puerta de madera de la casa.

-¿Sí? -Dijo una voz aguda y chirriante.

-Somos Sael y Nail, traemos a unos visitantes de la Tierra. - Nada más acabar la intervención de Nail, la puerta se abrió bruscamente.

Cobra era una chica de unos treinta años que tenía el pelo negro y despeinado y tenía la cara pintada con unos extraños garabatos de color azul. Iba vestida con un vestido negro largo que estaba rajado y dejaba asomar sus piernas. Daba miedo sólo con verla.

-Umm, gente de la Tierra, ¿tenéis serpientes de vuestro mundo? Aquí vuestras serpientes son muy difíciles de encontrar. Estoy haciendo un proyecto que consiste en traer todas las especies de vuestro planeta y reproducirlas aquí para tenerlas en nuestro mundo. - dijo Cobra, que hablaba muy rápido y casi sin respirar.

-Em, no, no tenemos serpientes...- Dijo Ray intimidada.

-¿Podemos pasar, Cobra? Estamos aturdidos por el viaje. -Dijo Sael, al ver nuestra cara asustada.

-Claro, claro, pasad. -Dijo Cobra entrando y haciendo un gesto de bienvenida.

La casa era muy oscura, tenía poca iluminación y estaba invadida de urnas de cristal con serpientes dentro, aunque una serpiente roja especialmente grande con cuernos altos en la cabeza estaba suelta por la casa. 

-¡¡AAAAH!!- Chilló Ray al ver la enorme serpiente, escondiéndose detrás de Sael y agarrándole de la túnica como si le fuera la vida en ello.

-Rojita, ¿cuántas veces te he dicho que no salgas de tu jaula? ¿A que es mona? hace tan solo unas semanas era muy pequeñita y miradla ahora. -Dijo Cobra con un notable entusiasmo.

-Sí, monísima... -Dijo Ray mientras salía de detrás de Sael al ver que Cobra metía a la enorme serpiente en una urna  más grande que las demás.

-¿Queréis tomar algo? Tengo sopa de hadas y batido de zumbaya. -Dijo Cobra con la intención de tener un tono agradable, aunque no lo conseguía porque su aspecto se lo impedía. 

Ray y yo pusimos una cara de asco al escuchar sus oferimientos.

-Tranquilos chicos, el batido de zumbaya está muy bueno, es una fruta de esta región. En cuanto a la sopa de hadas no puedo decir lo mismo... Dijo Sael mientras cogía una copa de un cristal azulado que contenía un líquido espeso y marrón.

-Está bien... Yo cogeré el batido.-Dije con miedo.

-Y yo.- Se aventuró Ray con decisión.

-Mmm, ¡¡está super bueno!! - Dije cuando terminé de dar el primer trago. -Sabe como una mezcla de plátano y naranja.

-¡¡Es verdad!! Está muy bueno. -Dijo Ray con un alivio que se podía notar sólo con mirarla.

-Bueno chicos, ¿qué os trae por aquí con estos terrícolas? -Preguntó Cobra mientras tenía algo que parecía una pata de una hada que había cogido de la sopa. 

-Hemos detectado que Zrak estaba en la Tierra y hemos ido lo antes que pudimos, si hubiéramos llegado un minuto más tarde, Zrak se los habría llevado. -Hay una pequeña pausa.-Son los elegidos...-Cobra lanzó un gemido de sorpresa mientras se tapaba la boca con las dos manos.

-Hace unos años, por la región de Zauma, que está en la costa, se encontraron bajo el mar unas tablas de piedra que estaban escritas en un idioma muy antiguo de nuestro mundo. 

Cuando se consiguieron traducir, se entendió que decían:

    Cuando nuestro Sol se vuelva rojo, y esté muriéndose, un maligno vendrá a destruir nuestra civilización y a dominar la magia. Solo unos elegidos de otro planeta, conseguirán el poder suficiente par derrotarlo y hacer volver la paz al mundo de Malia.

El congreso mágico y las escuelas de magia creen que sois vosotros los elegidos, porque Zrak ha planeado todo este tiempo ir a por vosotros y destruiros.

 Se corroboró cuando os atacó.
-Entiendo...
- Dijo Cobra.- Así que estos son los famosos elegidos. Me los imaginaba más sabios y fuertes.
-Es a eso a lo que vamos, a entrenarlos. Mañana por la mañana partiremos a la base donde están refugiados las personas más importantes de este mundo y trataremos el tema.

Así que ya sabéis, a descansar que os espera un largo viaje. -Dijo Sael mientras subía unas escaleras viejas.

Espero que os haya gustado el capítulo 3. En el siguiente capítulo Max y Ray descubrirán cosas de ellos mismos que nunca habían imaginado. 

 

Crónicas de  MaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora