Pasitos de Pingüino - Minchan. ADAPTACIÓN

Quatre

Hoy Chan si había ido a casa.

Luego de algunos días.

Minho se encontraba viendo caricaturas después de una larga clase de matemáticas (las cuales odiaba) y el de cabellos rubios estaba sentado a su lado, aunque un poco lejos de él para que no saliera corriendo o algo así.

El pequeño pelinegro estaba bastante cansado, así que no tardó en cerrar los ojos y quedarse dormido.

Chan se dio cuenta de ello, así que se puso de pie y apagó la televisión.

Pensó en ir a avisarle a la señora Lee que Minho estaba dormido, pero sus piecitos lo dirigieron al sillón otra vez.

A Chan le caía muy bien Minho, así que pensó que no habría problema si él se quedaba dormido a su lado, porque el sueño le estaba ganando la carrera.

Cuando Minho abrió los ojos, luego de algunas horas, se encontró envuelto en los brazos de Chan.

Quiso gritar, o incluso escapar lo más lejos que pudiera.

ㅡ¡Mamá!

Chan despertó algo confundido.

Minho se alejó corriendo a la puerta de su habitación, gritó y lloró desde adentro.

ㅡ¡No quiero verte nunca más en la vida!

Luego de que el mayor le explicara a los padres de Minho lo que había sucedido, éste les pidió que por favor le dejaran quedarse en su casa por aquella noche.

Hizo una cama improvisada en el piso a las afueras de la habitación de Minho, y se quedó allí, mirando fijamente la puerta. Tenía la esperanza de que ésta se abriera y pudiera pedirle disculpas a Minho.

Su corazoncito aún no sabía qué había hecho mal. Y dolía.