𝐂𝐚𝐩. 𝟎𝟓

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Pasado la semana, había llegado el día de la fiesta, me había arreglado lo mejor que podía, aunque una blusa, un buzo, falda y zapatos negros no eran algo tan... animado.

A mamá no le importaba, de todas formas también llegaba a vestirse completamente de negro.

— No me siento... segura de ir, mamá —suspiré. Ella ya sabía lo que me estaba ocurriendo, y, a pesar de ser una niña, comprendía cada cosa que le decía.

— Tu puedes, amor, sé que sí —animó ella, llegando a su casa tan pronto como nos fuimos.

Salí del auto hecha un manojo de nervios, con el regalo en mano y sudando frío.

— Vendré por ti en la noche —sonrió ella y dejó un beso en mi mejilla, conduciendo hasta su trabajo, creo.

Finalmente entré a la casa, la música sonaba a todo volumen, y los niños hablaban entre ellos, solo tres o cuatro me saludaron, a lo cual también lo hice.

Busqué a SeulGi con la mirada, quería entregarle su regalito.

— Chip up, you're the best... Like a little bird fly out of the nest... —comencé a cantar, sin dejar de buscar a SeulGi por toda la casa, o al menos por donde me permitía ir.

Finalmente llegué a un pequeño pasillo. Allí estaba, pero... con Wendy.

Apreté el regalo, acercándome a ellas, llevándome una mala mirada de SeungWan.

— Hola, SeulGi, feliz cumpleaños —le extendí la bolsita casi de mala gana, mirando a la contraria con el mentón ligeramente elevado.

— Muchas gracias, pequeña, ¿cómo me encontraste?

— No fue difícil, solamente revisé algunas partes de la casa —fue lo único que dije, antes de darme media vuelta.

— Si quieres puedo enseñártela —me tomó de la muñeca.

— No, no, está bien —sonreí, de una manera algo fingida, soltándome de su agarre y dirigiéndome hasta una de las bancas del patio.

Siquiera pasaron cinco minutos y ya me siento incómoda y mal.

¿Por qué tuvo que venir SeungWan?

[ . . . ]

Pasadas unas horas, ya era de noche, habían rifado cosas, jugaban, pero yo solo estaba afuera, con un pequeño chocolate que había tomado sin que nadie me notase. Qué bueno era vestir de negro en estos momentos.

Me coloqué la capucha, viendo el empaque donde venía el chocolate, escuchando la diversión allí dentro.

Finalmente lo abrí, dándole un mordisco leve, mirando hacía la calle, solitaria y oscura, de no ser por las luces de la misma.

— ¿Por qué no estás adentro? —me extendió un vaso de refresco, sentándose a mi lado.

— Pues... no me siento muy cómoda —tomé el vaso y la mire fijamente.

De un momento a otro, acabamos besándonos otra vez, con el chocolate en el suelo y el vaso también, solo éramos nosotras dos, con los labios unidos.

— Pronto se irán todos, después de cortar el pastel —murmuró sobre mis labios, acariciando mi mejilla suavemente.

— Quizás mi mamá no venga por mi —confesé, separándome, tomando el chocolate y buscando algún rastro de suciedad, por suerte lo último seguía intacto, así que lo comí.

— Puedes quedarte si quieres, mi habitación es algo grande —sonrió, a lo cual me sonrojé. De cerca su sonrisa era mucho más hermosa.

— Claro... si tu mamá no se molesta —acepté sin rechistar, volviendo a voltearme hasta mirar la carretera, en definitiva mi mamá no iba a venir por mi.

KIDS - SEULRENE G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora