𝗘𝗽𝗶𝗹𝗼𝗴𝗼

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Años después...

Nueva Zelanda, 2026

— Yangmi ¿Dónde están tus zapatos? Tu papá me va a matar.

— No lo sé.

— Mierda.

Minwoo tapó su boca sorprendido por aquella mala palabra que había dicho su padre, y es que Felix había tenido que ir a comprar antes de ir a dejar a los niños a la escuela.

Pero Hyunjin no sabía dónde estaban los zapatos de Yangmi, el hijo mayor por solo unos segundos, quien había resultado ser un lindo omega.

— Papi, creo que están debajo de la cama. — Le habló Minwoo, el menor, había salido un gran alfa como su padre.

Tampoco es que tenía alguna preferencia, pero el también siendo alfa se entendían mejor, al igual que Yangmi con Felix.

Hyunjin buscó debajo de la cama y efectivamente ambos zapatos estaban ahí, se los puso al niño y los tomó a ambos para bajar y darles su desayuno.

— Volví.

— ¡Papi!

Felix besó la cabecita de ambos niños en cuanto corrieron a abrazarlo, Hyunjin también corrió por un besito que Felix le dio gustoso.

— ¿Que tal te fue?

— Bien, el señor de la tienda me dio esto para mis bebés.

Felix sacó de la bolsa dos paletas y se las entregó a los niños, Hyunjin sonrió viéndolos felices por sus dulces.

— ¿Porque Minwoo tiene zapatos distintos?

— Es que solo encontré uno.

— ¿Revisaste detrás de la puerta?

— Si y no está.

— Revisa bien.

Hyunjin sabía que ahí no estaba, había revisado como tres veces. Se paró de la silla y fue a revisar detrás de la puerta, maldijo cuando vio el otro zapato ahi.

— Juro que no estaba.

— No revisas bien amor, no puedes mandar a nuestro hijo con zapatos distintos.

Hyunjin formó un puchero y le cambió el zapato a Minwoo, quien ya estaba terminando su paleta manchando un poco su rostro.

— Vengan, los limpiare y se irán a lavar los dientes ¿Entendieron?

— Si papá. — Dijeron ambos niños al unísono.

Hyunjin abrió su boca sorprendido.

— Me tomó como veinte minutos poder vestirlos y tú solo hablas y ya.

— Es porque te relajas demasiado, por más que sean niños debes ser duro.

— Lo haré.

Felix levantó su pulgar y sonrió, ambos niños volvieron mostrándole sus dientes a su padre y este los felicitó.

— Bien, a clases.

Hyunjin tomó ambas mochilas y Felix tomó las llaves del auto, los niños se subieron tatas abrochando sus cinturones y Felix y Hyunjin en los asientos de adelante haciendo lo mismo.

Felix esta vez iba a manejar así que dio en marcha hacia la escuela mientras que Hyunjin ponía algo de música en la radio.

En cuanto llegaron Felix besó la mejilla de cada uno, espero a que entraran a la escuela y se fueron nuevamente a la casa. Apenas quedaban solos Felix se dedicaba a cocinar y Hyunjin a trabajar en los papeles que le enviaba Mingyu desde Corea, que hablando de aquel alfa...

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