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— ¿Crees que podamos salir hoy? Si no quieres no importa. — Le dijo Felix a Mingyu, quien lo miraba con una sonrisa divertida.

— Tengo un jefe, él debe darme permiso.

— Exacto, te pago para trabajar, no para salir con mi novio. — Habló Hyunjin llegando a la cocina. — Min, a trabajar.

Mingyu solo asintió y se retiró de ahí dejando solos a la pareja, Felix bebió de su té sin decir nada.

— ¿Porque no me despertaste?

— Porque te veías lindo durmiendo. — Respondió. — Además de que durmiendo no molestas tanto.

— Espero que eso no haya sido por qué no deje que salieras con Mingyu.

— No para nada.

— Felix.

— Él se fue por meses jinnie, solo quiero salir un ratito con él, no todo el día, tienes como treinta guardias más. — Pidió mientras se acercaba a él y tomaba sus manos. — Por favor.

— Bien, pero vuelves antes de las nueve.

— Si amor, lo prometo, te amo.

— Te amo más.

Felix se fue de la cocina con una gran sonrisa y dirigiéndose a su habitación para cambiarse de ropa, cuanto más rápido salían más podría aprovechar el tiempo con su amigo.

Justo Mingyu entró a la cocina por un vaso de agua.

— No quiero que confundas las cosas con Felix. — Le dijo Hyunjin.

— No le hecho en todos estos años ¿Porque ahora? Solo somos amigos. — Aclaró. — Él no es un perrito para que le des permiso de cuando puede salir y no, solo digo.

— ¿Quién te crees que eres?

— Su amigo y como su amigo solo quiero lo mejor para él.

Mingyu se volvió retirar de la cocina dejando a Hyunjin con su rostro serio y su ceño fruncido.

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— ¿No han tenido problemas tú y Hyunjin? — Preguntó Mingyu a Felix, quien bebía de su malteada de frutilla.

— Últimamente no, antes de ser novios teníamos problemas seguidos, pero ahora no tantos. — Explicó brevemente. — ¿Por?

— Hace un rato le dije que tú no eras un perrito para que él te diera permiso de cuando puedes salir y cuando no, eres libre de salir con quien quieras y deberías decírselo.

— Prefiero evitar problemas con Hyunjin.

— Eres un adulto, no un niño Lee.

Felix mordió su labio sin decir nada más, sintiéndose regañado por su amigo en frente.

— Hyunjin es un idiota y lo sabes.

Mingyu se paró de su silla dejando un billete por las malteadas, Felix imitó su acción en silencio.

— Vamos a la tienda que te dije, quiero esa chaqueta.

Felix comenzó a caminar hacia la tienda que habían visto hace un rato, Mingyu caminaba a su lado con su brazo sobre los hombros del omega.

Al entrar a la tienda una chica los atendió sin problema, Felix tomó la chaqueta y se la probó en uno de los vestidores, Mingyu lo esperaba afuera sentado mientras veía su teléfono.

— ¿Y? — Felix salió del vestidor mostrándole la chaqueta a su amigo.

— Te ves radiante, me gusta.

Felix sonrió y se adentró nuevamente al vestidor para quitarse la chaqueta, pero el cierre se había atorado.

— Min, ayúdame con esto.

El alfa entró al vestidor para ayudarlo con su problema, tuvo que acercarse un poco ya que el vestidor era estrecho y no cabían ambos.

— Siento tu respiración en mi cara. — Musitó el omega con una sonrisa.

— ¿Tienes miedo de que te bese?

— No seas tonto.

Mingyu rió.

— Puedo olerlo.

— Basta.

Esta vez Felix rió pero nervioso, Mingyu pudo notarlo y eso causó que también riera.

— Listo, problema resuelto. — Dijo al arreglar el cierre y que Felix se pudiera quitar la chaqueta. — ¿Y las palabras mágicas?

— Gracias.

— Ahórratelo.

Mingyu tomó su nuca y estampó sus labios contra los suyos, sintiendo el sabor de la malteada de hace un rato. Duraron un par de segundos besándose hasta que Felix despabilo y se separó con sus labios rojos y sus ojos abiertos de par en par.

— ¿Que acabas de hacer?

— No lo sé pero que quiero repetirlo.

Mingyu trató de acercarse otra vez, pero Felix colocó sus manos en su pecho y lo alejó.

— Min y-yo no puedo hacerle esto a Hyunjin, menos contigo. — Musitó al borde de las lágrimas. — Solo somos amigos.

— Lo sé, Felix, claro que lo sé.

— ¿Entonces porque me besaste?

— Solo fue un impulso, perdón.

– Quiero irme.

Mingyu asintió sacando las llaves del auto y saliendo del vestidor.

— Quiero irme solo.

— Hace frío afuera, ven conmigo.

— No quiero, tomare un taxi.

Mingyu no pudo decir nada más ya que Felix ya se había ido, pasó sus manos por su rostro arrepentido y enojado consigo mismo y más que perder su trabajo por haber hecho tal cosa, perdería una amistad.

Perdería a Felix.

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— Bebé sal de ahí, no has comido nada. — Dijo el alfa tocando la puerta de la antigua habitación de Felix.

Apenas había llegado se había encerrado, sintiendo la culpa correr por su cuerpo, la pena y la angustia lo atormentaban en estos momentos, no había dejado de llorar desde que había llegado.

— Ábreme corazón. — Pidió como por séptima vez el alfa detrás de la puerta. — Necesito que me digas qué pasa.

Felix se armó de valor y abrió la puerta, miró los ojos de su alfa frente a él, sintiendo la culpa nuevamente.

— Perdón. — Fue lo primero que dijo con su voz algo rasposa por haber llorado tanto. — De verdad perdón.

Hyunjin sin dudarlo lo abrazó, dejando besitos en su cabeza y caricias en su espalda.

Sin esperar alguna explicación del por qué estaba así.

Mingyu ya se lo habíadicho. 

𝕸𝖆𝖋𝖎𝖆 𝖇𝖔𝖘𝖘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora