𝙇𝙖 𝙞𝙣𝙨𝙚𝙜𝙪𝙧𝙞𝙙𝙖𝙙 𝙦𝙪𝙚 𝙖𝙛𝙚𝙘𝙩𝙖 𝙣𝙪𝙚𝙨𝙩𝙧𝙤 𝙖𝙢𝙤𝙧.

Capítulo 3.

Al abrir me encuentro con mi madre de espalda, mostrando su pelo rojo con amarillo, hecho de lava. Aclaro mi garganta para que me mire, encontrando ese  color turquesa azulado que yo también me heredé. Puede que tenga un poder que relacioné al fuego pero su mirada es tan fría como a veces su carácter.

Teka: no tengo tiempo para tus berrinches enji.

No pude evitar activar mi quirk mientras apretaba los puños, ese maldita vieja cree que soy un mocoso de 10 años. Ella rodea los ojos, cruzando los brazos.

Enji: ¿Por qué ordenaste que me cuidarán como un niño?-una pequeña sonrisa maliciosa aparece un sus labios, apenas se ve pero fue claro la burla que hace a mi persona.-maldita bruja.

Teka: ya estás a la edad de comportarte como un hombre, empezando a sacarte esa ridícula idea de ser un héroe y seguir una carrera que nos de orgullo a la familia y que nuestro apellido este a la cima de la sociedad.

Enji: la sociedad podrá aceptarme.-apago el fuego, ya algo calmado mientras doy un paso hacia adelante.-cuando sea un reconocido héroe.

Teka: oh Enji.-suelta una suave carcajada, un ruido que me molesta. Me da la espalda, para seguir maquillándose, claro, me mira a través del espejo.-si no eres el N°1 en la lista de héroes, no serás nadie, y seamos sinceros.-vuelve su expresión neutra, haciendo que sienta algo de miedo pero no lo demuestro.-nunca estarás en ese puesto.

Me dolió, admito que sus palabras eran veneno pero no era la primera vez que me lo dice. Desde que era un niño, cuando venía esos héroes salvar por televisión, un deseo de ser como ellos creció en mi. Papá le gustó la idea, después de todo él era fanático de los héroes pero... mamá no, al principio pensaba que era un capricho de un niño pero al paso del tiempo empezaba a negar, me decía cosas que terminaba llorando en mi cuarto en silencio.

Por eso me esfuerzo para que vea que puedo ser el número 1, que todos me elegirían y que haría tragar sus palabras.

Teka: bueno. Tengo que irme.-se levanta, dejando el labial. Camina para pasarme de largo, agarrando la manija de la puerta y lo abre.-recuerda hijo, el momento que te des cuenta de que esa academia es un desperdicio de tiempo, llámame para que pueda intercambiar a la mejor universidad de Japón.

Se va, dejándome solo con la palabra en la boca. Siempre dude que ella me vería con orgullo al elegir la carrera que me gusta, como lo hizo ella ¿Verdad?, Maldición, lo único que quiero hacer ahora es dormir.

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Meses después...
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Tantas semanas trabajando duro para destacar, para poder superarme y me encuentro en un estúpido festival de San Valentín. Esto es un desperdicio de tiempo, toda una semana para organizar tareas y que hacer cada grupo, prefiero no participar pero como esto entra en la nota, tengo la obligación de hacerlo.

Por otro lado el maldito de yagi me jode sobre ser su amigo y eso es un desperdicio. No sé que pasa por su mente pero no pienso seguir su juego, no señor. Dejo las cajas de las decoraciones que sobraron en el almacén, faltaba poco para que la academia abran sus puertas y así entren la gente que obviamente será mucha.

Joven: ¡Todoroki-kun!-volteo donde provino la voz, una compañera pelicastaña, tiene un uniforme de maid para la cafetería improvisada que hicieron.-¿Podrías venir a ayudarnos por favor?

Solo asiento para después seguirla, después de todo ya terminé en decorar y no me mandaron hacer más, con suerte podré irme temprano a comer en mi cafetería favorita y con solo pensarlo, ya me ruge la panza.