"Cuando sabes el final todo duele dos veces, ¿no?"
La vida de Lilith Brown no era la mejor. Años después del fallecimiento de su madre, decide acabar con su miserable vida, pero algo interrumpe su misión. Lilith descubre que pertenece a un mundo mág...
Con ayuda de sus amigos, Lilith y Oriana llegaron a la primera clase de las Hadas Encantadoras, la cual era Cultura de los Poderes Elementales. El aula era grande, parecida a un congreso. En el techo había una galaxia en movimiento, y en las paredes había cuadros que explicaban la constitución de las alas de un Hada. Oriana y Lilith se sentaron en sus pupitres y comenzaron la clase.
La autoridad del aula era la profesora Jules Wistern, una mujer adulta con un largo cabello negro trenzado. Su piel era de un color verde brillante y en ella había múltiples tatuajes. Sus ojos, que también resaltaban en su rostro, eran negros azabaches y la pupila de ellos variaba de forma.
-¡Buenos días alumnos! Soy la profesora Wistern y yo os enseñaré esta magnífica asignatura -dijo emocionada-. Bien, antes de empezar quiero conoceros un poco... Por ejemplo, ¡tú! -señaló a una chica que se encontraba en primera fila-. ¿Cuál es tu nombre?
-Carle.
-¿Carle...?
-Carle Katz.
-Bien, Carle, ¿Qué especie de hada eres? -preguntó la profesora.
-¿Hada? Yo no soy un Hada... -la chica miró su horario-. Mierda, me he vuelto a equivocar. ¡Lo siento! -se levantó de su pupitre para irse de la clase.
-Bueno, sigamos después de este inciso. ¡Tú! El chico del pupitre de atrás -la profesora Wistern señaló-. ¿Cómo te llamas?
Lilith giró la cabeza y observó a Harry. Lo maldijo entre dientes, ya que ambos odiaban la presencia del otro. Harry hizo lo mismo.
-Perkin, Harry Perkin.
-Bien Harry, ¿qué especie de Hada eres?
La respiración de Harry se aceleró. Lilith sintió ese cambio de ritmo a pesar de estar a distancia. Podía oír el latido de su corazón y ver sus más profundos pensamientos.
-Yo soy un Hada de... la oscuridad... -mintió Harry, ya que no era un Hada. No podía decir su especie en voz alta.
Aunque no quisiese, Lilith sentía ese sentimiento de culpa que abundaba el corazón del chico, pese a que no comprendía por qué. Lilith sabía que Harry estaba mintiendo.
-Bueno, no es de las especies más importantes, pero pueden provocar grandes desgracias. Debes tener cuidado con ese poder, Harry -la profesora Wistern se puso la mano en el pecho.
-Sí, seré muy consciente profesora. De todas maneras, tengo el poder más destructivo y mejor -Harry trató de ocultar su tristeza con ese comentario arrogante.
-No estoy de acuerdo Harry. Existe otra especie de Hada que es increíblemente poderosa, las de la Mente. Pueden controlar tu voluntad hacia el bien o el mal, y obligarte a hacer cosas que pueden llevarte a la muerte -Jules miró a Lilith-. Nuestra querida alumna Lilith Brown es una de ellas -todos la miraron y empezaron a hablar de oído a oído.
Harry la fulminó con la mirada.
-Exacto profesora, por eso deberíamos demostrar a Perkin que baje su egocentrismo un poquito, ¿no es así, Perkin? -Lilith miró a Harry mientras una sonrisa se asomaba en su rostro.
La clase transcurrió normal, todos se presentaron y acto seguido la profesora Wistern empezó el temario. Sonó la sirena y Lilith salió del aula. No pudo llegar a su destino, ya que alguien la agarró de la muñeca y la empujó contra la pared.
-¿Quién narices crees que eres para reírte de mí, Brown? -dijo Harry a centímetros del rostro de Lilith.
-Me creo Lilith Brown, tú mismo lo has dicho.
-No te metas conmigo o tú y tus amiguitos acabaréis en problemas -amenazó Harry.
-¡Por favor, Perkin no me hagas reír! -se rio falsamente-. No me importa meterme en problemas con alguien que no mata ni a una mosca.
-No me conoces, Brown.
-Te conozco más de lo que crees -Lilith señaló sus ojos-, recuerda mis poderes, cariño.
-Bella se enterará de esto... -dijo Harry mientras se alejaba.
-¿Y qué piensa hacer? ¿Pegarme? ¿Insultarme? ¿Reunirse con sus secuaces y novio e ir a por mí? No le tengo miedo. Ni a ella, ni a ti, ni a sus perros falderos -susurró en el oído de Harry.
-Deberías, Brown -le devolvió el susurro antes de retirarse-. Has llegado aquí de sobrada, y creyendo que por tener ese poder "tan especial" vamos a tenerte miedo. No tienes ni una jodida idea de lo qué es el miedo. Miedo es lo que te hará sentir Belladona cuando se entere de que...
-Joder, Perkin... Me aburres. ¿No sabes defenderte tú solito o necesitas que esté tu amorcito para poder enfrentarte a mí?
-Eres...
-Demasiado inteligente como para discutir contigo.
-No te vuelvas a cruzar en mi camino, te lo advierto.
Lilith rio. -Venga ya, Perkin. Ambos sabemos que acabarás llorando en la esquina de tu habitación lamentando haberte peleado conmigo y haber malgastado tu vida en fingir ser fuerte, arrogante y superior. Ambos sabemos que es solo un disfraz.
Harry quiso hablar, pero le parecía que Lilith le había quitado la voz con sus palabras tan sabias y maduras. Harry se apartó de ella, dejando la tensión a un lado y decidiendo irse a otro lugar donde no estuviese ella.
Ambos intentaron encontrar una respuesta a sus corazonesacelerados mientras se marchaban en distintas direcciones, pero lo único quesalió de sus bocas fue: "Le odio".
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