El primer día de la semana transcurría lentamente para Lilith y Harry, ya que, a petición de la directora, debían pasar sus ratos libres juntos.
Durante los ratos que habían pasado juntos (que eran cortos, debido a la agenda apretada de ambos), no se amenazaron, ni se agredieron mutuamente, solo hablaban como dos personas civilizadas. A ambos les parecía extraño que, después de tantas peleas e insultos, lograran mantenerse tranquilos en una misma habitación. Aun así, la confianza entre ellos dos era inexistente. Lilith tenía en cuenta las veces que sus comentarios le habían dañado, al igual que sus intensas peleas.
A causa de la abundante lluvia, todos los alumnos debían permanecer en el interior de Mystcal. Lilith, que miraba a través de una gran ventana, se sorprendió, ya que las fuertes gotas que caían eran rosadas, creando charcos donde se reflejaba los sutiles rayos de sol.
Oriana (ya recuperada), Marestia, Theo y Beckett se acercaron a Lilith cruzados de brazos.
-¿Algo que decir, Lilith? -preguntó molesta Oriana. Lilith giró su rostro hacia sus amigos, con sorpresa.
-Pues la verdad, nada -respondió.
-¿Por qué te estás juntando con el rubio imbécil? No os estaréis divirtiendo, ¿verdad? -espetó Theo.
Lilith se aclaró la garganta. -Para nada, me junto con él por obligación, sabéis que no lo soporto...La Sra. Dawson nos ha obligado a pasar una semana juntos, y pues tengo que soportarle... Si no, tenemos que limpiar los baños de los subsuelos... -habló Lilith nerviosa.
-Menos mal, pensábamos que te caía bien...-se relajó Beckett.
-Tampoco hubiera pasado nada, así tendríamos menos odio en nuestras vidas -opinó Marestia.
-Marestia, el mundo no funciona así. Hay buenos y malos, y no se pueden juntar -afirmó Beckett. Miró su reloj -¡La convención de delegados! Hay que ir a ver a Mary, va a dar un discurso sobre la discriminación de especies. ¡Venga, vamos! -Theo bufó mientras se dirigía al salón de actos junto a sus amigos, excepto Lilith.
La Menry volvió a dirigir su mirada al exterior, realmente le cautivaba observar como las cascadas que rodeaban Mystcal se teñían de rosa a causa de la lluvia.
-Hola, Menry -saludó Harry.
-¡Me has asustado, Perkin! -se puso la mano en el pecho- ¿Qué quieres?
-Nada, solo vengo a estar contigo. Se supone que no podemos separarnos, ¿no? -respondió dulcemente.
-Sí, claro... ¿No te molesta que toda la escuela nos esté mirando? Especialmente tu novia. Su mirada no irradia felicidad, más bien, parece que quiere arrancarme el pelo... -dijo con vergüenza.
-Pues que se aguanten, al fin y al cabo, solo es por una semana. Si no te gusta que nos miren, nos piramos de aquí -sugirió el rubio.
Lilith se sorprendió. Durante los últimos días que habían pasado juntos, Harry se comportaba más amable de lo normal. Aunque a la azabache se le hacía extraño, le parecía agradable.
-¿Qué tal si vamos a la biblioteca? -volvió a hablar Harry- Tengo que acabar una redacción sobre los distintos lugares de Hiraeth. Además, a poca gente le gusta ir allí, así que, estaremos solos.
-Que sepas que no hablaré contigo.
Ambos se dirigieron al lugar. No se dieron cuenta de que Belladona les observaba con desprecio y arrogancia. A su lado estaba Lestan, que también les observaba de esa manera.
-Será fácil capturarla. Harry se está ganando su confianza. En el momento que nos den la orden, será él quien la traiga a la Hermandad.
Lilith se concentraba en la información de los grandes y antiguos libros sobre la historia de Hiraeth. Con cada página que pasaba, adquiría nuevos intensos e interesantes conocimientos. A Lilith le gustaba aprender.
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Hiraeth, el mundo oculto (Libro 1) (DISPONIBLE EN AMAZON)
Fantasy"Cuando sabes el final todo duele dos veces, ¿no?" La vida de Lilith Brown no era la mejor. Años después del fallecimiento de su madre, decide acabar con su miserable vida, pero algo interrumpe su misión. Lilith descubre que pertenece a un mundo mág...