·Capítulo 19·

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LUZ CEGADORA! -gritó Oriana. El monstruo se quejó y se tapó los ojos con sus finos y largos dedos.

PARALIZADOR! -Lilith lanzó su hechizo y el monstruo caminó con más lentitud.

-¡Oriana, por más que intentemos detenerle, no va a parar! -avisó Lilith mientras lanzaba sus poderes hacia el monstruo.

-Es el monstruo Terific, es una criatura carnívora. Normalmente tiene una forma humana, es decir, perfectamente podría ser yo. Dentro de su estómago tiene millones de personas, convertidas en criaturas diabólicas. Si te come, te convertirás en uno de ellos -explicó Oriana, lanzando hechizos.

-Supongo que su punto débil es el estómago, ¿cierto? -preguntó Lilith sin dejar de mirar al monstruo.

-Es donde tiene todo su poder, es decir, hay que atacar al estómago -Lilith obedeció a Oriana y envió uno de sus hechizos al estómago.

La piel que estaba en el lugar donde Lilith atacó se volvió transparente. Podía observar todas las personas que se había comido Terific. Se fijó en una mujer, con el pelo azabache, vestida con atuendos modernos, con una sonrisa radiante, contagiosa. Lilith la reconoció al instante.

-¿Mamá?

Lilith desactivó sus poderes y se acercó a Terific. No tenía miedo alguno, ya que podría contactar con su madre después de muchos años sin verse.

-Mamá, sal de ahí, por favor... -por más que Lilith llorara y le rogara que saliese de allí, Nancy mantenía su sonrisa, que se hacía un tanto siniestra-. ¿Mami?

La sonrisa desapareció, y en su lugar apareció un rostro frío y tenebroso. Las manos de Nancy salieron del estómago e intentaron coger a Lilith, pero ella corrió y se puso al lado de la espalda de Terific.

-¡ORIANA! ¡LANZA EL RAYO, YA! -ordenó la Menry.

Terific oyó a Lilith, se giró y abrió su boca, llena de pequeños dientes, incluso en el paladar. A Lilith no le dio tiempo a activar sus poderes, por lo que sabía que ese sería su fin. De repente, notó un brazo que rodeaba su cintura, y que la llevaba a unos arbustos.

Lilith cayó al suelo del bosque y una mano tapó su boca, para evitar hacer ruido. El monstruo se fue, ya que se estaba debilitando.

-¿Perkin? -Lilith se extrañó de que Harry estuviese en el Bosque Diaboli también.

Harry le hizo una señal de silencio a Lilith. -Hola, Brown.

-¿Qué haces aquí? Se supone que deberías estar en Mystcal -supuso incorporándose.

-Podría preguntarte lo mismo -una sonrisa tranquilizadora apreció en el rostro de Harry-. Brown, estás herida..., deja que te ayude -se preocupó tocando con delicadeza su rostro, donde tenía un rasguño grave.

-Perkin, mis amigos no pueden saber que nos vemos. Ellos están aquí también y..., tuve un sueño...-Harry notó la tristeza de Lilith, eso le conmovió-. Todos los días me recuerdan que tú y yo debemos odiarnos, detestarnos y..., si ahora te ven aquí conmigo, en el mismo lugar sin pelearnos, puede que les moleste y no tengo más amistades, ¿entiendes? -Harry asintió. Por más que desease estar con ella, también entendía que sus amigos era lo más valioso en su vida.

-Está bien... Yo estoy aquí en el bosque, si quieres algo, tienes mi ayuda -dijo con una pizca de tristeza.

-Perkin, ¿qué haces aquí? Lo digo en serio.

-Estoy..., castigado -soltó, corriendo el riesgo que le preguntase más cosas.

-¿Castigado? ¿En un bosque donde puedes morir? -preguntó extrañada.

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