Me dirijo al auditorio, que suele usarse para los entrenamientos de vóley. Ahí encuentro a la profesora Jimena con las chicas del equipo y las postulantes.
El equipo cuenta solo con seis chicas, que son solo las que se necesitan, yo soy la séptima lo que deja con solo tres cupos en el equipo.
Todas vamos vestidas con un short cómodo, un polo deportivo y zapatillas.
Tenemos un buen equipo y siempre llegamos a las finales, La mayoría mide a partir de 1.60m, y la líbero 1.56m.
Entro rápidamente, y empezamos con el calentamiento, dando 10 vueltas a la zona de juego, 20 sentadillas y 10 flexiones, algo simple. Luego en equipos de dos practicamos recepciones.
Extrañaba esto, la adrenalina del momento, el sentir el calor en el cuerpo, el movimiento del balón en el aire, todo me fascina.
Pasamos una hora preparándonos, es hora de que las chicas nuevas prueben de lo que están hechas, y no tendremos piedad.
Recuerdo que la primera vez que postule, las chicas mayores atacaban con fuerza, y no era la que mejor contestaba la que se quedaba, sino la que se atrevía a ir por el balón, la que se atrevía a responder así eso suponga el tirarte en el suelo.
Yo supongo que cumplí con los requisitos y era de esperarse, porque tanto mi madre como mi hermana mayor fueron las mejores estando aún en el colegio. Creo que es algo que se heredó y a mi me agrada.
La entrenadora me pidió ir con dos chicas a las cuales solo les debería dar pases y ver su puntería.
Y eso hice, y las fui corrigiendo para que cuando deban dar su prueba, lo hagan bien
Una se llamaba Clara y la otra Sandra, ambas muy bonitas y altas.
—Hola chicas, ¿listas?
Ambas asintieron con la cabeza y nos posicionamos haciendo un triángulo, donde cada una era un vértice.
Empecé dando pequeños pases para ver si se agachaban y podían levantarse rápido.
— Sandra cuando vayas a agacharte pon un pie adelante, eso te dará soporte y podrás levantarte mejor, además te ayudará a que el balón no se desvíe.
— Gracias, es que aún estoy nerviosa
— Dale, tu puedes, solo créetela.
Ambas empezaron a hacerlo bien, luego cambie y les empecé a dar pequeños lanzamientos pero con más fuerza en el brazo.
— Traten de direccionar y controlar su fuerza, el balón debe regresar a mi.
Y así seguimos alrededor de 40 minutos, yo me sentí satisfecha con las chicas, estaba segura de que las seleccionarían.
No me di cuenta de que el equipo de fútbol ya debió haber acabado su entrenamiento hasta que volteé un poco y vi los ojos marrones de Nathan observándome. Sonreí en su dirección y él también lo hizo.
Aproveché los diez minutos que nos dieron para acercarme a él.
— Hola, gracias por venir
— Hola preciosa, ¿algún día me enseñarás a jugar a mi? Porque si me enseñas, así como a ellas, estoy seguro de que le quitaré la capitanía a Alexander en el equipo de vóley masculino.
— Algún día — dije riendo — así que me estuviste viendo.... interesante
— Créeme, no podía voltear a mirar otra cosa que no fueras tú en ese atuendo.
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Colisión (bilogía Lazos)
Novela JuvenilVictoria, ¿vas a venir? o ¿no? Todo en torno a la vida de Victoria ronda en el qué dirán de ella o de su familia, es dedicada en sus estudios, tiene un plan de vida estructurado, pero bien dicen que nunca es bueno planificar algo a largo plazo...