𝐟𝐫𝐞𝐞𝐝𝐨𝐦

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Me dediqué a distraer a Baji de su situación, y a momentos lo lograba. Logré que me contara más de su vida, y de a poco, fui contándole de la mía.

Me sentía tan a gusto con él, tan feliz de tener a alguien para reír y compartir.

Nunca, pero nunca me había ocurrido algo así.

Me daba miedo hablarle mucho de mí, que fuera a espantarse con mi pasado Kimura. Pero lo poco que iba sabiendo, lo aceptaba y me hacía sentir apoyada y escuchada.

-¡¿Cómo es eso que no tienes casa?!

-Eh, pues no...-rasqué mi nuca- Deberé alquilar algo, no sé dónde dormiré los primeros días -reí- Deberé buscar algún hogar de allegados mientras consigo otra cosa.

-¡De eso nada! -exclamó- Irás a vivir conmigo.

-Baji...-dije sorprendida- No, no... Imposible.

-Ya lo dije. De seguro a mi mamá no le molestará -dijo con seguridad- Después de todo, eres mi amiga.

-No creo que sea cómodo para ella tener a una criminal en su casa...-dije cabizbaja.

Él tomó mi rostro entre mis manos, obligándome a mirarlo.

-No eres una criminal -dijo serio- No tienes la culpa de nada de lo que has hecho, Amane.

Al ver la profundidad de sus hermosos ojos, me sonrojé.

A la vez que mis ojos se llenaron de lágrimas

La verdad, esas eran palabras que soñaba con escuchar.

Los días pasaron más rápido de lo que me hubiese gustado. Ya era Lunes y Baji se había marchado.

Me prometió que vendría el Miércoles por mí. Que me quedaría en su casa antes de encontrar un lugar cómodo para vivir.

El tiempo que estuve sin él, la correccional se sintió vacía. Y jamás la sentí así.

Extrañaba a Keisuke.

Para matar el tiempo, iba a "conversar" con Kazutora. Y digo "conversar" porque el pobre aún no estaba del todo cuerdo luego de lo que le ocurrió. Pero intentábamos hablar de cosas banales como mangas y mierdas así.

Luego de una eternidad según mi reloj interno, llegó el ansiado Miércoles.

Me despedí de todos los guardias y funcionarios con nostalgia, no había sido una experiencia tan agradable, pero por lejos mucho mejor que todo lo que viví antes.

Al salir, vi a Baji arriba de una moto. Esperando por mí.

Sonreí al verlo.

-¿Qué se siente la libertad? -me preguntó con una sonrisa.

-Nuevo, supongo -reí.

-Ven, sube -hizo un gesto para subir atrás- ¿Habías andado en moto antes?

-La verdad es que no -dije con vergüenza- Aunque pensaba comprarme una.

-Pues deberé enseñarte a andar -rio- Sujétate -dijo tomando mis manos, haciéndolo rodear su cintura.

A pesar de ser bastante pequeño en edad, se notaba lo marcados que tenía sus abdominales.

"Al parecer lo de ser pandillero no era un juego" pensé.

-Baji -llamé su atención antes de partir- ¿Podemos pasar a un lugar?

-Claro, tú me dices -dijo para luego arrancar la moto.

Me aferré a él escondiendo mi rostro. Sentía algo de miedo.

𝐀𝐍𝐆𝐄𝐋 - Tokyo Revengers x OCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora