𝐩𝐚𝐢𝐧

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⚠️TRIGGER WARNING: Intento de suicidio, abuso de antidepresivos, vómito⚠️
Leer con discreción.

No podía creer lo que veían mis ojos.

No había forma de que Baji estuviese dentro de aquel ataúd.

Llevaba horas en aquel lugar, viendo como pasaban de a uno a rezar y despedirse de su cuerpo.

Sintiéndome culpable y pequeña cada vez que alguien decía algo como "¿Cómo pudo pasar esto?" "¿Cómo se metió en estas cosas?"

Los chicos también estaban presentes, me habían estado acompañando durante el día.

Aunque yo solo me sentía una caja vacía. Sin sentimientos, pura oscuridad y dolor.

Me repetía una y otra vez, ¿Cómo no pude darme cuenta de lo que estaba pasando? ¿Cómo no fui capaz de saber en lo que Keisuke se había metido?

Ahora lo tendría entre mis brazos, quizás preparándonos para dormir, y no llorando frente a su cadáver.

Los gritos y el llanto de su madre me quebraba aún más.

No me había mirado a los ojos en ningún momento, y no era quién para juzgarla.

Continué perdida en mis pensamientos hasta que tuve una silueta frente a mi.

Era ella.

Quise tomar el valor de decirle algo, quizás alguna bobería como "Comparto su dolor" o lo que se suele decir en funerales.

No me imaginaba el dolor que era perder a un hijo, pero sin duda yo estaba destruida por dentro al perder a mi amor.

Pero antes de siquiera pronunciar palabra, un ardor en mi cara acompañado de un fuerte estruendo conmocionó a todos.

Me abofeteó.

Mikey tuvo que ser contenido y callado por Mitsuya para que no interviniera.

Mis ojos se llenaron de lágrimas.

-Mi Keisuke te amó, tanto... -dijo entre lágrimas.

Y de la nada, me abrazó.

Me apretó como si quisiera buscar en mí una parte de él.

No me importaba nada, esta señora podía matarme y yo no le reclamaría. No la culpaba por tener la cabeza hecha un lío.

Yo estaba peor.

Se alejó. Volviendo con el resto de sus familiares.

Los chicos se acercaron a mi, Mikey me tomó por los hombros inspeccionando mi mejilla roja, pero no escuché nada de lo que dijeron.

Solo escuchaba balbuceos, no era capaz de procesar.

Pasaron minutos, quizás una hora.

Y como si mi corazón ya hubiese explotado. Hui de ahí.

Corrí hacia mi moto con mi cara bañada en lágrimas, y conduje con rapidez a mi departamento.

No tenía idea a qué velocidad iba, pero el viento que impactaba contra mi cara llegaba a ahogarme.

Quería volver a sentir esa sensación de libertad que Baji me enseñó, pero no había caso, ya no existía.

Entre dando torpes zancadas a mi casa, todo me daba vueltas. Solo escuchaba el llanto de la madre de Keisuke resonar en mi cabeza.

𝐀𝐍𝐆𝐄𝐋 - Tokyo Revengers x OCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora