𝐛𝐥𝐨𝐨𝐝𝐲 𝐡𝐚𝐥𝐥𝐨𝐰𝐞𝐞𝐧

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31 de Octubre de 2005.

Ahí estábamos toda la ToMan, con sus capitanes y su líder delante, dando cara en aquel estacionamiento abandonado.

Draken y Kazutora se miraban cara a cara, para decidir como llevar a cabo el combate.

Pero Kazutora de la nada golpeó a quien iba a supervisar.

Mordí mi lengua, qué ganas tenía de darle una buena paliza a ese infeliz.

Tenía sentimientos encontrados en cuanto a Kazutora, los días que me quedé en la correccional con él nos llevamos bastante bien, pero jamás perdonaría que desafiara a mi comandante y amigo.

-¡Vamos, ToMan! -el grito de Mikey dando inicio a la pelea me sacó de mi trance.

Corrimos hacia los oponentes. Un grito salió de mi antes de dar un buen salto y derribar de una patada al tipo que tenía delante.

Pude derrotar sin problema a tres, pero el cuarto me proporcionó un buen golpe en mi boca.

-¡¿Qué tal eso?! -exclamó- ¡No pienso contenerme porque seas mujer!

Lamí mis labios que ardían, sintiendo el sabor a sangre.

Me limpié con mi mano, y corrí a devolverle el golpe.

De una patada en el pecho lo tuve debajo de mí, y dos golpes bastaron para romperle la boca.

-Esperaba que no te contuvieras...-le dije burlona.

Seguí batallando, sacaba de mi camino a uno seguido de otro, pero la situación cada vez se ponía más compleja.

Eran demasiados.

Mi contador interno llevaba ya unos 20 caídos por mí.

Miré de reojo buscando a Mikey con la mirada, lo encontré sobre una montaña de autos frete a Kazutora y los otros capitanes del Valhalla, los mismos que había conocido en la correccional.

Un golpe en mi estómago me hizo desviar la mirada, recordándome que debía preocuparme de lo mío primero.

Seguí peleando con estos bastardos que venían de a grupo, si pelearan de a uno esto sería mucho más rápido y sencillo.

Un estruendo me distrajo otra vez.

Vi a Mikey en el suelo, y Kazutora con una vara de metal ensangrentada.

Sentí mi pulso detenerse.

-Kazutora, maldito -sentí mi sangre hervir, noqueé al instante a dos tipos que me rodeaban y corrí hacia él.

Fue imposible, me bloqueaban el camino de par en par.

Lo sujetaron para que Kazutora siguiese golpeándolo.

Me comencé a desesperar, no podía avanzar y a este paso lo matarían.

-¡Mikey! -grité del fondo de mi alma.

Entre los cuerpos que caían a mis lados, vi que pudo soltarse e increíblemente patear a Kazutora y a su otro compañero a la vez.

Sus ojos, su cuerpo...

Había perdido el control.

Kazutora hubiese sido hombre muerto si no hubiese sido porque sus piernas colapsaron y cayó de rodillas.

Los bastardos de Valhalla no perdieron oportunidad y corrieron hacia él con la esperanza de matarlo.

-¡Sanzu! -grité a mi compañero, o más bien le di una orden.

𝐀𝐍𝐆𝐄𝐋 - Tokyo Revengers x OCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora