Capitulo 33

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La mañana llegó más rápido de lo que pudieron imaginar, los rayos de sol estaban iluminando el cielo anunciando el nuevo día, muchos de los alfas que habían sido llamados a batallar estaban despiertos desde muy temprano, querían tener todo listo lo más pronto posible, necesitaban tener todas las bases cubiertas.

Entre los madrugadores se encontraban la familia Traipipattanapong quienes se habían despertado desde muy temprano por diferentes razones, Anthika junto  Amaia y Julieta se habían ido directo a la habitación que servía como su base de operaciones, aún habían algunos talismanes que se debían terminar, no podían perder el tiempo cuando se trataba de la protección de los suyos.

Ana y Lance también ya se habían ido al centro de salud, junto con Gaby que ya había llevado a sus hijos al refugio más cercano estaban repasando la lista de insumos que podían necesitar, el alfa de está última también estaría en el frente de batalla, era uno de los centinelas de la manada Joncheveevat y como tal estaba en el deber de combatir por su pueblo.

En la casa principal también todo era caos, por la puerta principal entraban y salían los líderes de cada escuadrón que estarían dirigiendo las tropas, los cambia formas que había enviado el jefe de la manada Thitiwat estaban desplazándose por toda la frontera de la manada, querían posicionarse desde muy tempranas horas para prevenir que Apiwat quisiera lanzar un ataque sorpresa.

Entre todo el ajetreo se podía ver a Gulf tranquilamente sentado con su pequeño niño en brazos, desde el momento que había despertado, lo primero que había hecho era ir por Aqmar a su cuna, era muy importante para él hacerle sentir protegido y darle todo su amor durante las horas previas de ir al campo de batalla, se había mantenido en el despacho con Mew sentado en una silla en un rincón, lo cual hacia sentir bastante confortado al alfa que se estaba comportando como todo un líder.

Por parte de la manada Joncheveevat todo estaba listo, los hombres estaban lo suficientemente preparados para hacerle frente al desafío, ninguno de ellos quería perder ante el desterrado de la manada Noppakao, no podían permitir que su forma de vida se viera interrumpida por pensamientos e ideas arcaicas que solo les traería problemas a su pueblo.

Mientras tanto en la fortaleza de Apiwat todos sus hombres estaban listos para la batalla aunque aún faltaran horas para ella, el alfa se sentía confiado, pensaba que iba a salir victorioso de ella sin mayores problemas, para eso habían entrenado ...

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Mientras tanto en la fortaleza de Apiwat todos sus hombres estaban listos para la batalla aunque aún faltaran horas para ella, el alfa se sentía confiado, pensaba que iba a salir victorioso de ella sin mayores problemas, para eso habían entrenado todos esos años, por ello se había rebajado a mezclarse con los humanos para conseguir armas y mejoramiento de laboratorio para sus subordinados.

El no podía estar más listo para tomar el campo de batalla, su querido omega estaba haciendo los últimos retoques de su plan, esos días para él habían sido algo cansados y agitados, desde que el desafío hubiera sido lanzado Supawit se había encerrado en su laboratorio de magia oscura a preparar pequeñas esferas que fueron distribuidas entre todos sus subordinados, eran hechizos instantáneos solo para ser usados como ultimo recurso, pues todos ellos tenían órdenes de que si iban a morir tenían que llevarse a tantos enemigos como pudieran consigo.

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