Capitulo 8

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El pequeño alfa llegó a paso decidido a la casa de su amigo, siendo recibido por la abuela de este que había visto llegar a los otros tres tan solo unos minutos antes percibiendo un pequeño olor amargo en su bisnieto, no había preguntado nada porque sabía muy bien a qué se debía, se había peleado con el niño que ahora tenía frente a ella, vivían en ese tira y afloja todo el tiempo.

No veía la hora de que terminarán de crecer y completarán su vínculo, que la llamarán loca pero esos niños tenían una química demasiado arrolladora y solo se apaciguaría cuando ambos fueran uno, mientras tanto debía acostumbrarse a ese tipo de escenas, así que sin mucho problema lo dejo pasar para que se fuera directo a la habitación de Kana.

En donde el castaño se paró en la puerta sin saber si tocar o no, decisión de la cual fue relevado cuando escucho la voz de su amigo desde adentro — ¿Piensas pasar, sí o no?

Así que tomando todo gramo de valentía que tenía en su cuerpo abrió la puerta e ingreso encontrándose al pelinegro sentado en su cama a la espera de lo que él tuviera que decir —Lo siento, no debí de comportarme de esa manera en la plaza.

—Si no debiste, yo no soy una cosa para que digas que soy tuyo.

—Ya lo sé, pero es que no me gusta que seas amigo de otros, quiero que seas solo mi amigo, pero ya mi papi me dijo que eso no es posible, así que lo siento.

—Está bien, te perdono pero con una condición.

— ¿Cuál?

—No dejes que Up perciba tu aroma.

—Está bien, pero tampoco quiero que Mean huela el tuyo.

—Trato hecho— Gulf se bajó de la cama dispuesto a darle un abrazo a su amigo, ya todo estaba resuelto.

Y los únicos testigos de todo aquello habían sido Earth y Amaia que se habían asomado en la puerta para ver qué sucedía con sus hermanos, no les gustaba cuando estos peleaban entre sí porque comenzaban a emitir un olor amargo que no era nada bonito para sus narices.

Y los únicos testigos de todo aquello habían sido Earth y Amaia que se habían asomado en la puerta para ver qué sucedía con sus hermanos, no les gustaba cuando estos peleaban entre sí porque comenzaban a emitir un olor amargo que no era nada bonit...

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—Ves, yo te dije que nada más necesitaban un empujoncito, un poquito de celos por aquí, por allá y ¡Bam! Ya están contentos nuevamente —, hablo Amaia satisfecha con sus resultados.

—Sí, tenías razón pero aun no entiendo porque tienen que estar juntos—. Se rasco la cabeza el otro omega.

— ¡Por Dios lobo Earth! No parece que tuvieras 8 años—. Negó con la cabeza la pequeña —A veces pienso que tú y yo estamos invertidos, tú tienes los 5 y yo los 8.

— ¡Oye! no es mi culpa que tú estés más allá de tu edad, si yo tuviera una misión y entrenamiento como el tuyo quizás pensara igual, yo solo soy un simple niño que va a ser un omega cuando sea grande—. Se defendió Earth.

—Tienes razón, yo no soy normal—, respondió ella con una sonrisa traviesa —Y como no lo soy... creo que ha llegado el momento de hacer algunos pequeños trucos—. Tomo del brazo a su amigo y comenzó hablar en voz baja—Te acuerdas del niño ese que se metió con mi hermano....

El Destino De La LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora