Untitled Part 30

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Habían pasado tres días desde la audiencia, tres días sin señal de que Anna mejorara o incluso respondiera un poco. Kai se había negado a traer al doctor real, después de todo, no había cura del hombre que pudiera sanar las heridas causadas por magia.

Y con cada día que pasaba, la frialdad y la escarcha parecían seguir avanzando, arrastrándose lentamente como una serpiente herida, extendiéndose sobre los pisos y las paredes.

Fue entonces, al cuarto día, cuando Kai decidió que ya era suficiente, y en contra de sí mismo, acudió a la última opción.

"Tiempos desesperados requieren medidas desesperadas" Murmuró para sí mismo el mayordomo mientras apartaba la mirada de la escarcha que ya había llegado a la punta de sus zapatos. "Trae a dos recipientes..." Ordenó a tres snowman. Los tres asintieron de forma respetuosa antes de marcharse rápidamente por la puerta.

Elsa no sabía a qué se refería el mayordomo, y no dudó en preguntarle, pero Kai no respondió, se militó a ignorarla y ordenar a las siervas a su alrededor para que despejaran el area alrededor de la cama de Anna.

"Que están haciendo?" Preguntó Elsa, poniéndose de pie con la gruesa piel de lobo alrededor de sus hombros. Se abrigó a sí misma, ocultando las manos enguantadas debajo de la gruesa piel felpuda. Las siervas no respondieron, apresurándose a seguir las ordenes de Kai lo más rápido posible.

El cristal helado crujió bajo sus pies y trepó sobre ellos, agrietándose y cediendo ante el movimiento que hacían los snowman en carrera por obedecer las órdenes de Kai.

"Señor Kai!" Gritó Elsa tan fuerte como se atrevía hacerlo. Kai finalmente la miró, girando su cuerpo por completo, enderezando la espalda y echando los hombros hacía atrás.

"Alteza, por favor mantenga la distancia" Respondió Kai, y como un reflejo de Elsa, la joven retrocedió un paso. "Y mantenga la calma"

Elsa frunció el ceño, cansada de que siempre le dijeran que hacer y cuando hacerlo. Ella era un adulto por todos los Dioses!

"Señor Kai! Exijo una explicación. Si toda esta-señaló a las siervas mover los mueves alrededor de la cama- locura involucra el bienestar de Anna, quiero saberlo! Estoy cansada de que me deje en la oscuridad ante las decisiones que la involucren!" Dijo en voz alta y ligeramente temblorosa.

Y a pesar del ligero temblor de su cuerpo a causa del frio de la habitación, el fuego en sus ojos seguía aumentando.

El mayordomo apretó la mandíbula, mirando a la joven mujer decidida e imponente frente a él. Sabía que era joven, y los meses que Elsa había estado viviendo en el castillo, el mayordomo no tardó en señalarla como una mujer de corazón blando. Demasiado amable y bondadosa para un mundo tan cruel.

"Alteza..." Comenzó Kai "Todo lo que vea o escuche aquí, se queda en esta habitación" Finalmente habló. Su voz había tomado un tono grave y pesado. "Si alguien se entera de esto..."

"Anna confía en mí" Respondió Elsa, el mayordomo la miró por un par de largos segundos antes de asentir lentamente. Elsa se mantuvo alejada de la cama y la escarcha que la cubría. Se paró junto a la chimenea encendida, intentando mantener su cuerpo caliente. El frio que rodeaba la habitación era similar a estar a la intemperie en una madrugada de invierno. Ella podía ver la respiración de todos emanar en nubes blancas frente a ellos con cada exhalación y suspiro.

La puerta de la habitación se abrió bruscamente, haciendo que el alma de Elsa se estremeciera en su cuerpo y por poco saliera flotando de entre sus labios cuando gritó del susto. Un hombre alto y de cuerpo construido fue el primero en entrar.

Tenía las mejillas suaves y una mandíbula fuerte, con un par de cejas pobladas de color oscuro y debajo de ellas un par de ojos esmeralda brillantes. La ropa elegante que cubría su cuerpo construido hizo que se resaltara como alguien de un rango importante.

Extraña Bebida (Elsanna)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora