Extraña Bebida (Elsanna)

Untitled Part 32

Para sorpresa del consejo real, las 4 cartas que habían sido enviadas, regresaron con una respuesta una semana más tarde. Los cuatro lord's de las tierras libres habían aceptado la invitación del monarca.

Todos estaban convencidos que su extraña respuesta había sido a causa de curiosidad más que otra cosa, las ganas de saber que era lo que ellos tenían que llamara la atención de monarca para hacerles tal invitación.

Cuarenta soldados vestidos de plata y largos abrigos cálidos, ondeaban cuatro banderas con el emblema real. Cuarenta soldados custodiaban y protegían con su vida, cuatro cartas. Escritas, firmadas y selladas por el mismo rey de Arendelle.

Todas y cada una de esas cuatro cartas se escribía con perfecta gramática, ofrecía una invitación al gran castillo de Arendelle. Para discutir futuras negociaciones que beneficiarían a las cuatro familias nobles y al reino de Arendelle.

Palabras amables fueron escritas con el dolor del corazón de Anna. Cuando ella escribía las cuatro cartas, fue corregida en más de una ocasión por Elsa.

"No puedes utilizar palabras como 'exigir' en una carta Anna, ellos nunca se acercarán sí la primera carta que escribes a ellos 'exiges'. Debes recordar, que son familias libres y orgullosas, nunca han tenido un rey, y si ellos son tan orgullosos como tu... nunca doblarían las rodillas por alguien que exige en primer lugar."

Palabras como "exigir" fue modificada a una más amable como "ofrecer..."

Su llegada fue anunciada por un mensajero del camino real. El hombre había cabalgado a toda velocidad hasta llegar al castillo, para hacerles saber el acercamiento de los sureños.

Les había dado el tiempo suficiente para que Anna se moviera a la sala de trono, donde con calma se había sentado y esperado pacientemente a que llegara. Los miembros del consejo no parecían estar lo suficientemente calmados, incluso Lady Cathelyne parecía impaciente.

Cambiando su peso de un pie a otro, justo a la derecha de Anna, retorciendo sus manos frente a su regazo en un intento por mantener la compostura.

Anna la miró de reojo, el cuero crujiente de sus guantes era imposible de pasar por alto, y a pesar del constante murmullo de los varones del consejo a su izquierda, Anna podía escucharla. Elsa estaba ahí, a petición de Anna. La joven princesa estaba de pie entre los gruesos muros del salón, manteniéndose ligeramente fuera de la vista.

Las puertas del salón se abrieron al cabo de una larga espera, haciendo lugar a uno de sus soldados, seguido muy de cerca por una escolta de 8 hombres de coloridas vestimentas, y justo detrás de ellos, tres hombres y una mujer, caminaban con seguridad al centro del salón.

"Lord Facilier, de las tierras de sombra!" Presentó el soldado con voz firme. Anna cambió su mirada al hombre larguirucho de extraño sombrero, el varón hizo una pequeña reverencia burlona, con una lenta sonrisa que comenzó a ensancharse mostrando sus dientes.

"Príncipe Jhon! Del reino Golden Forest" El hombre en cuestión dio un paso al frente. Alzando su cabeza con orgullo, como si intentara hacer notar su corona sobre su cabeza, era imposible pasarla por alto, el grosor en ella, era innegable la gran cantidad de oro que había sido utilizado para fundirla, por no mencionar el increíble peso que había en ella.

Anna no dudaba que el anciano terminara con dolor de cuello después de esa reunión. Tenía que admitir, el hombre era valiente al querer utilizar una corona de esa magnitud en una reunión en la cual desconocía su duración.

"John Ratcliffe, Señor de los lagos y mar del suroeste, andador de las montañas de roca roja y liberador de las tierras salvajes" John Ratcliffe, un hombre demasiado grande para un traje tan pequeño. El cinturón de sus pantalones desaparecía debajo de su voluminoso estómago, su cuello era tan grueso que parecía derretirse como el cuerpo de una veladora. Sus largos y negros cabellos, estaban recogidos en dos coletas adornadas por pequeños y llamativos listones rojos sangre.