Madre sabe mejor

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"Existe una regla para poder trabajar en el castillo?" Susurró Elizabeth al oído de Elsa "No puedo dejar de notar que la mayoría de los siervos poseen gran atractivo, por no mencionar el color de sus ojos azul" continuó Elizabeth, observando a la sierva frente a la mesa que rellenaba la copa del monarca en completo silencio.

Elizabeth no había ignorado ese detalle, y si bien había otros siervos de diferentes colores de cabello, el color ligeramente blanquecino y el azul de los siervos, era notablemente un poco mayor en comparación con otros siervos.

Giró su cabeza ligeramente para ver a su hija, que prestaba la mayor parte de su atención al espectáculo que los bufones mostraban al público.

"Anna aprecia la belleza Madre, no me sorprendería que exista una regla como esa" Respondió Elsa de forma distraída y sin apartar la mirada de un hombre simpático y regordete que lanzaba antorchas encendidas al aire y las atrapaba con facilidad.

Lentamente la ceja de Elizabeth se alzó al escuchar la familiaridad con la cual pronunció el nombre del monarca.

"Anna?" Repitió Elizabeth "Parece que tu y el rey formaron una especie de amistad en estos últimos meses?" El cuerpo de Elsa se tensó al escuchar el tono en la voz de Elizabeth.

La princesa aclaró su garganta con torpeza, recogiendo su copa y tomando un pequeño sorbo de vino para calmar sus nervios.

"Desde la partida de Hans, no tenía a nadie con quien hablar" Respondía Elsa con la mayor calma y normalidad que pudo reunir "El rey es una agradable persona y fácil de hablar cuándo se encuentra la manera de entenderla, no entiendo por qué te sorprende que formara una amistad con ella, después de todo, estamos viviendo bajo el mismo techo. Ignorarla, no era una opción, madre " Respondió Elsa.

"...Tienes razón" Elsa miró por un segundo a su madre "no debería sorprenderme, después de todo tu tenías un favoritismo por el rey cuando eras joven, no puedo decir lo mismo de Annakarenia, en aquel entonces, ella era tan seria y callada como su padre"

Elizabeth se inclinó ligeramente sobre la mesa, mirando al monarca que miraba con indiferencia a los hombres y mujeres que se esforzaban por sacar una sonrisa de ella.

"Mostrar una sonrisa no causaría ningún daño" Murmuró la matriarca a su hija, regresando a su asiento y apartando la mirada de Anna.

"Madre!" Susurró Elsa inclinándose al hombro de su madre. "Comienzas a sonar como Jack." La rubia frunció el ceño al recordar las bromas de su hermano.

Elizabeth no respondió, limitándose a sonreír en el borde de su copa antes de apartar la mirada de su hija y mirar nuevamente al monarca silencioso.

Los invitados se habían movido a los jardines del catillo. Las murallas servían como un refugio del viento fresco. Los suelos de piedra había sito barridos y limpiados más a profundidad, permitiendo que las largas mesas de invitados se acomodaran alrededor, dejando en el centro un espacio lo suficientemente grande para que sirviera como un escenario para los espectáculos que habían sido preparados para entretener a la multitud.

La mesa de Anna estaba al frente de todos, elevada por dos escalones para que todos pudieran verla desde cualquier dirección.

La mesa alargada era compartida por los miembros del consejo, la mano del rey, Elsa como la esposa de Hans y princesa de Arendelle, su madre Elizabeth y el príncipe Jack- este último sin presentarse en la mesa.

La música sonaba en voz alta, animada y casi infantil. La gente reía cuando un grupo de bufones entró dando piruetas con una facilidad y flexibilidad que sorprendía a la pelirroja.

Extraña Bebida (Elsanna)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora