Capitulo 17

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El camino era el mismo que Elsa recordaba desde la ultima vez, y en más de una ocasión, tuvo que contenerse para no dirigir por sí misma al caballo, después de todo, ella no debería saber el camino.

La nieve de días anteriores lo había cubierto todo. los arboles se habían despojado de sus últimas hojas hace meses y ahora, una capa de nieve fría los cubría por encima de las ramas secas, haciendo que crujieran con el peso extra. Algunas aves cantaron, pero era más frecuente ver a los búhos y lechuzas asechando entre las ramas a los ratones y ardillas descuidadas.

Y mientras mas se adentraban al bosque calmoso, los animales comenzaron a escasearse. Era más difícil de ver a los conejos, o a los búhos y con cada metro que avanzaban, dejaron de verse completamente.

"Todo está muy tranquilo" Susurró Elsa en voz baja. La pelirroja asintió ligeramente, aflojando los hombros mientras se empujaba ligeramente hacía atrás en el cuerpo de Elsa.

"Los animales evitan esta parte del bosque cuando es invierno." Respondió Anna. La pelirroja dudó por unos segundos, antes de añadir de forma tentativa "Hay... magia en esta estación. El Equinoccio de invierno fue hace dos días, es por eso que tuve que esperar hasta hoy para traerte aquí, de no haber sido así... habría tenido consecuencias irresistibles."

"Qué clase de consecuencias?" Preguntó Elsa. Anna no respondió de inmediato. La pelirroja guardó silencio, limitándose a mirar alrededor por un par de segundos antes de responder con un suave gesto de su barbilla en dirección al bosque.

"Mira alrededor, Elsa" Elsa frunció el ceño, pero lo hizo. No encontró nada extraño, todo parecía completamente normal, hasta que, un destello de blanco resaltó entre los árboles secos, y luego otro y otro.

Todo era blanco.

Los troncos de los arboles eran completamente blancos, como si alguien los hubiera pintado completamente. Y cuando un pajarillo aterrizó en una de las ramas y comenzó a silbar con entusiasmo, Elsa notó con asombro sus plumas de un blanco puro con motas de un azul hielo. Su pico era de un color celeste hielo, mientras que sus ojos, antes negros, se destacaron con orbes de un color celeste al igual que sus delgadas patas.

El corazón de Elsa se aceleró.

Un segundo parajillo apareció y luego un tercero, y los recién llegados, al igual que el primero, compartían los mismos colores extraños. No solo eran las aves, también había ciervos, corriendo y saltando sobre la nieve cuando los escucharon acercarse. De blancos pelajes y motas azules, con largas astas y pesuñas celestes, como si hubieran sido talladas de hielo.

Los conejos, las ardillas, los búhos y lechuzas, y cualquier otro animal que se cruzó en su camino, compartía los mismos colores.

"Aquellos que no logran salir de esta parte del bosque antes del equinoccio, son tocados por el" Terminó Anna.

"E-esto es... hermoso, Anna." Susurró Elsa con asombro. Era un verdadero espectáculo para la vista. Tanta belleza a su alrededor. "Es magia, verdadera magia" Elsa se inclinó ligeramente a la derecha, y luego a la izquierda, intentando beber tanto de la vista como fuera posible.

Los pequeños arroyos se congelaron por encima, mientras que, debajo de la capa de hielo, los peces nadaron libremente en un blanco puro y azul.

"Es... Increíble" Susurró Elsa nuevamente. Tenía el corazón acelerado, martillando en su pecho y las costillas, se sentía como una niña nuevamente.

¡Ella estaba viendo magia! ¡Verdadera magia!

"Estamos aquí" Dijo Anna luego de unos minutos. Elsa tiró ligeramente de las riendas para detener la marcha del caballo y cuando finalmente se detuvo, bajó con un salto fluido. Miró alrededor, aun maravillada con lo que sus ojos estaban mirando. Lentamente se acercó a uno de los árboles, lentamente y con cuidado, extendió su mano enguantada, tocando la corteza.

Extraña Bebida (Elsanna)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora