Capítulo 03

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Era una tarde de marzo cuando mi padre empezó a toser, era una tos desgarradora, veía que le molestaba demasiado, mi mamá le llevo un vaso con agua y le preguntó si todo estaba bien, él se tocó el pecho y asintió pero después comenzó a toser de nuevo, esta vez fue muy fuerte que hasta sangre salió de su boca, me asuste, mi mamá salió corriendo por un pañuelo y el teléfono para llamar a emergencias, yo no sabía que pasaba y me quede quieto.

Mi padre continuó tosiendo y veía que empezaba a tambalearse, notaba que le costaba trabajo respirar y seguía soltando sangre por la boca, mi mamá me dijo que fuera a la puerta y me quedara ahí hasta que los paramédicos vinieran.

Varios minutos después escuche la ambulancia, se paramédicos se apresuraron a entrar, yo les seguí detrás, había mucha sangre en el suelo y mi papá estaba tomándose del pecho con fuerza y respirando como si alguien lo estuviera ahorcando, mi mamá se encontraba a su lado con lágrimas en los ojos y limpiándole la boca ensangrentada, los paramédicos lo colocaron en una camilla y lo llevaron a la ambulancia, entonces mi mamá y yo les seguimos detrás en el auto.

Llegando al hospital, bajamos rápido del auto y nos encontramos corriendo al lado de la camilla donde papá era trasladado a urgencias, corrimos hasta una puerta donde un médico nos dijo que de ahí no podíamos pasar y que teníamos que esperar sentados, y eso hicimos aunque mi mamá no paraba de llorar, solo podía ver sus ojos muy rojos por las lágrimas, me quede sentado a su lado y guarde silencio.

Eran las seis con cuarenta y tres minutos de la tarde cuando de repente llegaron corriendo otros paramédicos, al parecer llevaban a una señora con sangre en su ropa, a un lado de ellos un niño corría pero al igual que nosotros un médico le mencionó que no podía cruzar más allá de esas puertas y que tenía que esperar sentado, él asintió y se colocó a un lado mío, era un niño como de mi edad, vestía un pantalón de mezclilla color azul cielo y una playera blanca con un estampado de alguna caricatura, tenía el cabello corto color castaño algo ondulado, sus ojos eran de color café obscuro, él le mencionó a mi mamá que todo estaría bien

―Él no sabe lo que está pasando― pensé.

Lo mire fijamente después de que hizo llorar más a mi mamá con su comentario

―Hola― me dijo con una pequeña sonrisa.

Entonces deje de mirarlo y continúe en silencio, él se volteó e igual que yo tomo una postura seria.

El tiempo pasaba y me estaba aburriendo, mi madre dejo de llorar veinte minutos después, se dirigió a un teléfono que se encontraba clavado en la pared blanca, no escuche muy bien a quien le había marcado pero lo más seguro es que llamaba a mis abuelos; caminaba por el pasillo y después me sentaba, delante mío estaba una banca y aun lado una máquina de golosinas, me dirigí a la banca y me recosté boca arriba, miraba el techo pensando en que pasaría si papá muriera, no era la primera vez que mi papá pasaba por esta situación.

Mi mamá me contó una vez que mi papá estaba enfermo por haber fumado desde temprana edad, sus pulmones no estaban en buen estado, tenía cáncer de pulmón y que algún día por esa enfermedad ya no estaría con nosotros, yo no comprendía a donde tenía que irse, le pregunté si alguna vez regresaría y con ojos llorosos me acaricio el cabello y me beso la frente.

Después de media hora llegaron mis abuelos y uno de mis tíos con su familia, trataron de calmar a mi mamá que comenzaba a llorar de nuevo, mientras yo me quede sentado en la banca viéndolos un poco triste, odiaba ver gente llorando porque también me daban ganas de hacerlo y no quería, debía ser fuerte por mi mamá, entonces mientras todos esperábamos en las puertas por donde entro papá, salió un médico vestido de azul mencionando el nombre de mi papá, mi madre salió hacia él y yo me quede quieto esperando, el doctor al parecer mencionó que mi papá no estaba muy bien, eso provoco que mi mamá llorara pero se contuvo y le pidió al doctor si podría verlo, él asintió y nos dirigió al cuarto donde se encontraba papá.

Solo podía ver una maquina con un pequeño resorte que subía y bajaba, que al parecer conducía aire por unos tubos los cuales llegaban hasta la nariz de mi papá, era difícil verlo de esa forma, mi mamá tomo su mano.

―Te amo Frank― dijo mi madre dejando caer lágrimas en su mano.

Instante después se abalanzo a los labios de mi papá y lo beso, ese fue el último beso que mi mamá le pudo dar, yo me despedí después de ella dándole un fuerte beso en la mejilla, entonces salimos de la habitación, mi abuelo me tomo de la mano mientras nos alejábamos del cuarto, al voltear logré ver a mi mamá mencionándole algo al doctor, la verdad no supe que le dijo, pero supuse que tenía que ver con papá, vi el rostro de mi mamá soltando lágrimas después de haberle dicho eso y entonces ese fue el día en que mi papá murió en ese cuarto el 23 de marzo de 1999.

Susurros al CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora