"𝑌 𝑒𝑛𝑡𝑜𝑛𝑐𝑒𝑠 𝑜𝑐𝑢𝑟𝑟𝑒, 𝑑𝑒𝑠𝑝𝑖𝑒𝑟𝑡𝑎𝑛 𝑚𝑖𝑠 𝑙𝑎𝑏𝑖𝑜𝑠
𝑃𝑟𝑜𝑛𝑢𝑛𝑐𝑖𝑎𝑛 𝑡𝑢 𝑛𝑜𝑚𝑏𝑟𝑒 𝑡𝑎𝑟𝑡𝑎𝑚𝑢𝑑𝑒𝑎𝑛𝑑𝑜
𝑆𝑢𝑝𝑜𝑛𝑔𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑝𝑖𝑒𝑛𝑠𝑎𝑠: "𝑞𝑢𝑒́ 𝑐ℎ𝑖𝑐𝑎 𝑚𝑎́𝑠 𝑡𝑜𝑛𝑡𝑎"
𝑌 𝑚𝑒 𝑞𝑢𝑖𝑒𝑟𝑜 𝑚𝑜𝑟𝑖𝑟".- 𝐽𝑢𝑒𝑣𝑒𝑠; 𝐿𝐴 𝑂𝑅𝐸𝐽𝐴 𝐷𝐸 𝑉𝐴𝑁 𝐺𝑂𝐺𝐻.
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NARRA CAMILA
Después de tanto esfuerzo y trabajo, me encuentro en el aeropuerto internacional de mi país, despidiéndome de mis familiares y amigos/as, para irme a vivir a Corea del Sur, y jugármela por amor. Es muy difícil para mí dejar una parte de mi vida aquí y empezar de cero en otras tierras, en otro continente, con una cultura totalmente opuesta a la mía y con un idioma tan ajeno al español, o a las lenguas romances. Pero tampoco quiero atrasar el reencuentro con mi persona especial. Absolutamente conmocionada, subo al avión y parto rumbo hacia mi destino.
El día anterior, le mandé un mensaje a Riki, avisándole la noticia de que iré para allá, aunque no lo lea.
Luego de un día y medio de viaje, llego al aeropuerto de Incheon y, una vez que bajo del avión, voy a agarrar mi equipaje. Cuando lo recojo, me dirijo hacia la salida, en busca de un taxi que me lleve hasta la ciudad. Mientras tanto, alguien me habla por detrás.
- No sabes todo lo que te he esperado, Camila.
En ese instante, se me congela la sangre y se paraliza todo mi cuerpo, al escuchar esa voz tan única. Hago mi mejor esfuerzo, y volteo lentamente, para quedar en frente de aquella persona. Hacemos contacto visual, durante algunos segundos, hasta que torpemente hablo:
- ¿R-Riki? - de tanto tiempo que no nos vemos, me entraron nervios y un poco de timidez.
- ¿Pensaste que no iba a venir?, ¿que te había olvidado?
Con una lágrima, resbalándose por mi ojo, corro hacia él, y lo abrazo con todas mis fuerzas.
NARRA RIKI
Yo también la abrazo, como si mi vida dependiera de ella, y rompe en llanto sobre mi pecho.
- ¿Cómo no voy a pensar que me has olvidado, si dejaste de hablarme, y me bloqueaste?
Me rompe el corazón escucharla con la voz quebrada. De la emoción, me pongo a sollozar.
Levanto su rostro, y hago que me mire.
- Tienes razón, mi amor, lo lamento tanto. Pero te juro que no fui yo quien decidió que esto fuera así. Cuando lleguemos a casa, te explicaré todo.
- ¿A casa?
- Al edificio que has elegido para vivir. Yo leo todos los mensajes que me mandas, aunque no te responda. Por eso estoy aquí ahora.
- ¿Pero no me habías bloqueado?
- Eso es parte de la explicación. Andando.
Subimos a un taxi, y nos encaminamos al edificio. Durante el viaje, íbamos abrazados, hasta que llegamos. Le ayudo a llevar todas sus pertenencias a adentro y, una vez hecho, le pido que se siente en el sillón, que voy a dar mi explicación.
- Bueno. Primero, necesito que me creas cuando te digo que jamás te cambié por nada ni por nadie, y que no fue por voluntad mía dejarte de hablar. No sé si lo has notado, pero no estamos subiendo nada en nuestras cuentas personales públicas.
- Sí, por supuesto que lo he notado.
- Es que eso es parte del problema también. Resulta que, un día, nuestro jefe nos citó a todos nosotros a una reunión, y allí nos prohibieron contestar mensajes o usar otras cuentas que no sean las grupales. Nos obligaron a que bloqueemos a todos nuestros contactos, y solo podemos hablar con nuestros padres, a través del teléfono fijo de la empresa. Yo me enojé muchísimo por las "razones" injustificadas que llevaron a todo esto, y me rehucé a bloquearte, porque eres una de las personas que más amo en esta vida, a demás de mi familia. Lo único que hice fue sacar mi foto de perfil, mi estado e inhabilitar la última hora de conexión; para disimular el bloqueo y que la empresa no sospeche y, de esa forma, poder seguir leyendo todo lo que me mandes.
No hubo un sólo día en el que haya dejado de pensar en tí, y en nuestro futuro. Hasta incluso, entré en una etapa muy depresiva, en la que lloraba mucho y no podía dormir por varios días. No tenía ganas de hacer nada, y mi voluntad decrecía cada vez más, hasta que comenzaste nuevamente a enviarme mensajes, y se me ocurrió la idea de comunicarme contigo, indirectamente.
Lo único que te pido es que, por favor, me creas - la sujeto fuerte de las manos, pero elije soltarse del agarre, y acunar mi rostro.- Riki... te creo. Yo sabía que había algo detrás de todo esto, y por eso decidí no bajar los brazos, ni tampoco dejarte solo. He recibido e interpretado todas tus señales, y hasta te soñé.
- Y yo he seguido toda tu vida, por medio de una cuenta privada en las redes, aunque no supieras que se trataba de mí.
- ¿El de la cuenta has sido tú? - asiente - Con razón aparecía como que se creó en Corea, a pesar de estar todo en japonés.
- Sí, hasta que recordé nuestros dibujos, y decidí enviarte un portaretrato y algo que pinté yo, a mano, con un mensaje. Pensaba que, al ser enviado por correo aéreo, la empresa no se daría cuenta. Un poco tarde me acordé, lo siento.
- Gracias por haber hecho de todo, para intentar hacerme saber que, aunque hayamos estado incomunicados, no estaba todo perdido.
- Gracias a tí por volver conmigo y confiar en mí. Te he extrañado una eternidad. La espera se me hizo muy larga. Te necesito.
- Tranquilo, cariño, ya estamos juntos otra vez, y jamás te soltaré la mano.
No aguanté más, y la atraigo hacia mí, envolviéndola en mis brazos, para besarla hasta que mis labios dolieran y no pueda respirar.
Siento que mi alma vuelve, de a poco, a la vida.
No quiero separarme nunca más de tí.
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𝐉𝐮𝐞𝐯𝐞𝐬 ; 𝘕𝘪𝘴𝘩𝘪𝘮𝘶𝘳𝘢 𝘙𝘪𝘬𝘪.
أدب الهواة"Estás esperando un tren que te llevará muy lejos. Tú sabes a dónde quieres que ese tren te lleve, pero no a dónde te llevará. Pero no importa... porque estaremos juntos". ...