Clases

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Baekhyun se encontraba un poco nervioso, era su primer día en la escuela de cocina; Chanyeol lo había dejado frente al pequeño edificio donde se impartían cursos de diferentes cosas. La mamá de Luhan alquilaba uno de los cuartos para enseñar sus clases. 

Se sentía nervioso porque nunca en su vida hubiera pensado que iba a dejar su flojera por tomar clases para hacer comida más rica para su marido, incluyendo sus galletas las cuales fueron la razón principal.

Mira a los lados dándose cuenta que habían otros donceles y mujeres entrando al lugar así que caminó también ya que se había quedado parado un buen rato simplemente viendo la entrada del lugar.

—Baek, —escucha su nombre de una voz ya conocida. —Ven, hace mucho que no hacemos algo juntos, —toma su brazo mientras caminan al segundo piso.

—La última vez fue un día de campo con los chicos, —sonríe recordando cuando tenía trece años y fueron entre amigos a acampar.

—Sí, usualmente siempre éramos tú, Kyungsoo, Minseok y yo, —hace un puchero, —hasta que nos fuimos casando.

—Hablando de eso ¿Qué pasó con Kyungsoo? No pude estar en su boda, —pone un dedo en su boca recordando que no se le había invitado.

—Nadie, su marido era un imbécil; como los padres de Soo estaban en la ruina porque a su papá le gustaba apostar, lo vendieron al señor Lee. —Entran al salón donde se ubican detrás de un mesón largo de cemento con cerámica.

—¿Ese viejo? Creo que es mayor que mi papá, —forma una mueca de asco. 

—Sí, y no es solo que sea viejo, también lo golpeaba, quise intervenir, pero Kyungsoo dijo que no quería que yo y Sehun nos metieramos en problemas con él, —cruza sus brazos encima del mesón sintiendo mal.

—¿Sigue con él? 

—Uhm, sí, aunque…

🌷

—¡Calla a ese maldito niño! —se escucha la voz gruesa y rasposa de un hombre adulto.

—S-Sí, —asiente el pequeño doncel mientras corre a la habitación para tomar a su bebé en brazos. 

Baja su camisa para mostrar su pezón del cual el bebé de agarro para empezar a alimentarse, los pequeños ojos llorosos lo veían directamente.

—Lo siento, mi niño, —acaricia su mejilla gordita. 

Kyungsoo había estado toda la mañana ocupado atendiendo la casa, a los huertos y a su marido por lo que su pequeño no había comido en varias horas. Mientras lo revisa, ve que también debe cambiar su pañal.

Cuando el bebé finalmente termina de llenar su estómago, le cambia la ropa, el pañal y lo deja durmiendo en su cuna. Besa su frente antes de salir para seguir haciendo labores; hacía todo lo posible para que su marido no desquite su enojo con su bebé.

Realmente no entendía que había hecho tan mal como para que la vida lo tratara de esa manera; un padre apostador que los tenía a su madre y a él viviendo en pobreza absoluta, luego casándolo con un viejo alcohólico que disfrutaba de golpearlo y abusar de él tanto sexual como psicologicamente recordandole que si no fuera por él, no tendría dónde vivir.

Se va a la cocina para empezar a preparar la comida y mientras lava algunos platos, recuerda que la única vez en que fue feliz, duro tan poco que simplemente era como poner una gota de agua en el infierno. Fue cuando conoció al hacendado Kim Jongin, un hombre tan guapo como imponente que puso su mundo de cabeza. 

—"Yo no puedo seguir con esto, tengo una esposa y una hija a las que amo, no puedo seguir haciéndoles esto"

Fueron las palabras del hombre al despedirse por última vez de él; no le importo dejarlo llorando en aquella cabaña en lo profundo del bosque donde solían verse cada cierto tiempo para amarse hasta que sus cuerpos caían rendidos. Solo se fue, como polvo en el viento y lo rompió tan fuerte que hasta ahora seguía tratando de encontrar sus pedazos. 

Lirios de fuego || ChanbaekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora