—¿Puedo acompañarte? —preguntó Baekhyun uno de esos días.
—¿A dónde? —preguntó de vuelta Chanyeol, colocando leña en la chimenea.
—No sé, a hacer tus cosas —se encogió de hombros, preparando un poco de chocolate.
—Solo iré a dar de comer a los caballos, no es gran cosa —dijo sin mirarlo.
—Uhm —asintió mientras colocaba la leche—, aún así déjame ir contigo —siguió intentando, ya que parecía ser que el otro no lo quería a su lado.
—Si quieres —finalizó, limpiando los brazos.
Baekhyun asintió con su cabeza y sonrió, sintiendo como se iba sintiendo cálido a medida que el fuego se agrandaba en la chimenea. Inhaló el aroma a galletas recién horneadas y luego llevó todo a la mesita de centro frente al sofá.
—Le puse relleno de chocolate —indicó mientras se acurrucaba en el sofá con una manta afelpada.
Asintió con su cabeza sin tener el valor de decirle que no le gustaban las cosas dulces, no podría despreciar aquellas galletas que Baekhyun se había pasado preparando por horas; tampoco tendría las agallas para mencionarle que estaban deformes y medio quemadas.
Luego de quitarse su camisa, se quedó en una camiseta sin mangas, pero el calor del fuego no le dejaba sentir el frío helado de afuera. Al parecer el invierno se estaba adelantando, así que tendría que trabajar más duro para no poner en peligro a su granja ni a su pequeño esposo.
Baekhyun miraba como Chanyeol se sentaba para luego prender la televisión, al parecer estaban dando un programa sobre crímenes, no pensó que su marido sea del tipo que le gustaban esas cosas, porque de hecho a él también le llamaban la atención. Sonrió sin que el otro lo notara, ya que al parecer tenían algo en común.
Mientras se encontraban inmersos en la historia de un asesino en serie que mató a más de veinte personas, los pies de Baekhyun fueron resbalando hasta que estuvieron encima de los muslos de Chanyeol. El alto miró los pequeños pies desnudos y luego al dueño, pero al parecer él se encontraba inmerso en la voz de la persona que relataba la historia en el televisor. Suspiró sin decir nada y bebió un poco de su chocolate con espuma.
Los nervios de Baekhyun se alteraron cuando se dijo que aquel asesino nunca fue encontrado y que al parecer la última vez que fue visto, había sido por una niña en un pueblo de granjas cerca de donde vivían ellos; no era el mismo pueblo, pero estaba cerca.
Chanyeol solo levantó las cejas y volvió a mirar a Baekhyun, quien estaba blanco por el miedo, quiso reírse en ese momento por el aspecto de su esposo, pero no lo creyó conveniente, así que se limitó a seguir viendo la televisión, dado que ahora estaban contando la historia de otro criminal.
Cómo a las dos de la tarde, Chanyeol se levantó, apartando con delicadeza los delicados pies de Baekhyun de sus muslos. Estiró sus brazos para luego colocarse nuevamente su camisa azul de botones.
—Espérame —se apresuró Baekhyun mientras se levantaba de un salto para luego colocarse un abrigo y sus botas.
Chanyeol agarró las llaves del granero con la intención de salir de la casa y casi se cayó cuando se detuvo a ver que el día estaba oscuro, la razón de su desbalance fue que Baekhyun había chocado contra su espalda.
—Fija tu mirada en el camino —medio le regañó al ver que Baekhyun se encontraba sobando su frente.
—Pues no te detengas de golpe —frunció su ceño, enojado.
Chanyeol resopló mientras rodaba los ojos, pero decidió no decir nada más y se dirigió hacia el granero; al parecer los animales tenían demasiado frío como para salir, porque ninguno emitía ruido, ya que todos estaban durmiendo en sus casas.
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Lirios de fuego || Chanbaek
Ficción GeneralBaekhyun es un pueblerino, quien fue casado a la fuerza con el hijo de los granjeros Park, sus padres lo casaron a cambio de dos vacas. Baekhyun no soportaba a Chanyeol y prefería seguir enamorado de su exnovio, pero su ahora marido tratará de ganar...