Lirios de fuego || Chanbaek

Epílogo

—Estás tan grande, te ves fabuloso, —es lo primero que escucha Baekhyun cuando fue a saludar a los invitados que habían venido a su ceremonia de embarazo.

—Gracias, tía, —dice con una sonrisa falsa, odiaba que le recordarán lo grande que estaba.

Realmente no pudo disfrutar demasiado su celebración ya que su enorme barriga le dificultaba, pero afortunadamente estaban Kyungsoo y Luhan para ayudarle cuando lo necesitaba, además Chanyeol lo estaba vigilando en todo momento. Se sentía feliz de que aquel hombre era suyo, que los pequeños que cargaba en su vientre eran de él.

—Mira a quien me encontré, —vino Luhan con un conejo en las manos, —andaba comiéndose la ensalada.

—Come como si no hubiera un mañana, —se ríe mientras coge al conejo para empezar a acariciarlo.

—Es muy bonito, —se sienta a su lado.

—Lo es, Channie me lo regaló, —sonríe mientras levanta su mirada hacia el alto quien se encontraba conversando con su padre.

—Me gusta verte así, —aprieta ligeramente la mejilla gordita de su amigo. —Felíz y tranquilo, yo te dije que Chanyeol era un buen hombre.

—Tenías razón, —toma un pequeño cupcake, —quiero estar toda mi vida con él, —suspira mientras lleva una mano a su vientre.

—Tranquilo, ya verás que lo estarán, —entrelaza su mano con la de su amigo, —son el uno para el otro.

—Eso espero, —ladea su cabeza mientras frunce la nariz de manera tierna y sonríe en cuanto su marido lo ve, —lo amo, —susurra mientras el viento despeina su cabello.

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Baekhyun casi no se podía mover debido a que ya estaba en su último mes de embarazo. Para poder ayudar, su madre había venido a hacer las tareas del hogar ya que como era época de cosecha, Chanyeol se encontraba muy ocupado trabajando.

—Mamá, no sé cómo haré para cuidar a tres niños, —Baekhyun dice mientras su mamá lo ayuda a sentarse sobre la cama para comer.

—Tranquilo, vendré de vez en cuando a ayudarte, —acaricia la frente de su hijo, —además sé que Chan será un buen padre y los cuidará también.

—Lo sé, pero igual ya es estresante escuchar llorar a uno, no me imagino a tres, —suspira y mastica el pollo.

—Eres un chico fuerte y obstinado, podrás con tus pequeños, —le sonríe apretando ligeramente su mejilla gordita.

—Gracias.

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Chanyeol terminó casi todo dos semanas después y ahora estaba completamente disponible para su amado esposo; su suegra quiso quedarse un poco más para seguir mimando a su pequeño, pero sabía que tenía que darles su espacio por lo que finalmente se despidió.

—Amor, tengo ganas de algo frío, así como un helado, —dice Baekhyun un día cuando estaba anocheciendo.

—¿Qué sabor? —pregunta mientras seca su cuello, recién se había bañado.

—Naranja, —sonríe mientras acaricia su barriga descomunal.

Chanyeol blanquea los ojos y se pone a pensar en si había de ese sabor en la nevera; asiente a su esposo para luego ir a la cocina. Había comprado otro refrigerador ya que compraba mucha comida por si atacaba algún antojo de su esposo.

Sus suegros y sus padres casi lo matan cuando se enteraron por los llantos de Baekhyun que lo había dejado sin sus antojos algunas noches; pensaba que su esposo era un vil manipulador con sus cachetes grandes y su mirada de cachorro herido. Debido a todo eso, ahora tenía comida de sobra.