Confianza

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Baekhyun se encontraba regando los lirios, aunque se sentía triste porque algunas flores estaban muriendo. Suspira mientras se sienta en el césped para acariciar a sus perros que estaban echados a un lado de él.

Cuando los rayos del sol comenzaron a quemar con intensidad, el doncel se levanta para ir a preparar la comida. Chanyeol no había llegado a dormir la noche anterior, pero le había llamado al teléfono fijo para decirle que llegaría a comer en la tarde.

Baekhyun camina cabizbajo mientras Lassie le lame la mano, sonríe levemente mirando a la cuadrupeda. No sabía que iba a pasar con su matrimonio, pero al menos quería la oportunidad de expresarse; toca su abdomen pensando en que no quería darle a su hijo una mala infancia, sabía cuan dañina era la gente con sus comentarios sobre niños de padres divorciados.

En cuanto llegó a la casa, se concentró en cocinar para evitar ponerse sentimental, no ayudaba en nada que sus hormonas de embarazo lo estuvieran atacando a cada momento. Tomo de excusa la cebolla para poder empezar a derramar lágrimas; no quería separarse de Chanyeol, lo amaba y quería que fueran una familia para su bebé.

Se limpia las mejillas después de colocar los vegetales picados en la olla. Sus orejas se crispan cuando escucha el sonido de la puerta abriéndose; se aparta de la cocina para recibir a su marido, pero suspira cuando ve que solo había sido Otto entrando a la casa.

Les dio de comer a las mascotas y después sirvió el almuerzo, decidió comer una manzana para esperar a Chanyeol, no quería comer solo.

🌷🔥

—Ten, hermanito, —se escucha la voz de Yoora quien se acerca con un vaso de limonada.

—Gracias, el sol de hoy ha estado horrendo, —acomoda su sombrero de paja mientras bebe la limonada.

—Lo sé, por eso vamos al río luego de la cosecha ¿Vienes? —pregunta y después se ventea con un abanico.

—No puedo, luego de la cosecha tengo que volver a casa, —suspira mientras mira a su padre en el tractor y a sus hermanos llevándose el maíz.

—Espero que tengas suerte, Baekkie se ve muy dulce, seguro perdona tu estupidez, —dice ella sonriente recordando la charla que tuvo con su hermano mayor la noche anterior cuando llegó a dormir ahí.

—Espero que sí, me porte muy mal con él, —baja la mirada. —Digo amarlo, pero al primer problema no le creí e incluso tuve pensamientos horribles, —hace una mueca cuando recuerda su sueño.

—Lo sé, aunque bueno, no eres un adulto aún, es normal que cometas errores, —se encoge de hombros.

—Hablo la señora, —arquea su ceja mientras sonríe.

—Pasar tiempo con las tías es bueno a veces, —levanta sus hombros riendo entre dientes. —Mejor apresúrate porque ya van a ser las dos, —finaliza y se va con el vaso vacío.

—¿Qué? —levanta sus cejas y luego mira su reloj dándose cuenta que ya casi había pasado la hora del almuerzo.

Comenzó a apresurarse a llevar las cargas de maíz adentro, sin embargo, por ir casi corriendo, su pie se enredo en una raíz junto a un árbol de manzanas.

—¿Estás bien? —se acerca uno de sus hermanos al ver a Chanyeol en el suelo. —Tienes el labio partido, —señala el lugar con sangre.

—Que fastidio, —intenta limpiarse, pero la sal de su sudor entro a la herida provocando que comience a arder. —Tengo que apresurarme.

—¿Y eso? —señala encima de su cabeza. —¿Es tuyo?

—¿Qué? —mira hacia arriba dándose cuenta de que había un pequeño conejo de ojos azules en su cabeza, —no, no es mío. —Agarra al pequeño por la nuca para mirarlo mejor.

Lirios de fuego || ChanbaekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora