Extra

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—Niños, la comida ya está lista, —llama Baekhyun mientras ve como sus hijos estaban ayudando a su padre a alimentar a las aves de corral.

—Ya los llevo, cariño, —Chanyeol levanta la voz porque estaban un poco lejos y luego sonríe mandándole un beso por el viento.

Baekhyun le devuelve el beso y se da la vuelta para volver a la casa; fue a servir el pay de fresas que había hecho y los batidos de mora.

—Mami, mami, —dicen un coro de voces infantiles mientras corren adentro con su padre detrás.

—Vayan a lavarse las manos o no habrá merienda, —se cruza de brazos mientras los mira.

—Oh, —los pequeños de cinco años hacen un puchero y asienten para ir al baño siendo vigilados por su padre.

—No hagan enojar a su mami o no nos dará la merienda ni la cena, —les dice a sus pequeños.

—Bueno, papi, —dice el mayor mientras friega sus manos con el jabón líquido.

—¿Mañana iremos con el abuelo? —pregunta el que tenía sus orejas y la sonrisa rectangular de Baekhyun.

—Si se portan bien, sí, —asiente así que los tres se alegran.

Cómo eran niños, sus acciones no eran perfectas así que uno de ellos tenía aún tierra en las manos y otro jabón por lo que Chanyeol les ayudo a terminar debido a que no quería enfadar a Baekhyun.

No había sido fácil para ambos criar a sus niños ya que muchas veces habían terminado llorando junto a sus trillizos porque no sabían que más hacer; en otras ocasiones terminaban llamando a sus padres por la desesperación.

Chanyeol aún recuerda que cuando Hyuncheol se enfermo por primera vez, Baekhyun lo empujó a la camioneta para ir a la clínica donde les dijeron que solo era un dolor de estómago inofensivo ya que no le habían sacado bien los gases. El doncel era realmente protector con sus hijos, a veces le recordaba a las gallinas con sus pollitos, de que eran capaces de matar a víboras con tal de que sus polluelos estén a salvó.

—Den gracias, —dice Chanyeol una vez se sentaron en la mesa.

Los niños hicieron lo que se les dijo y ambos adultos sonríen con ternura al escuchar sus voces un poco torpes. Después empezaron a comer.

—Está muy rico, mami, —dice alegre uno de los niños.

—Gracias, mi amor, —le sonríe.

Esa noche los pusieron a dormir en sus camitas en forma de carritos; besaron las cabecitas de los tres para luego contarles un cuento hasta que se quedaron dormidos así que luego apagaron la luz y se fueron para ir a su propia habitación.

Ambos se acurrucaron debajo de las mantas mientras se abrazaban mutuamente con Baekhyun buscando calor en el pecho de su marido.

—Aún no puedo creer que nuestros niños ya tienen cinco años, parece que ayer eran bebitos llorones que no nos dejaban dormir, —se ríe mientras sube su mirada.

—Que tus pechos no alcanzaban porque mientras dabas de comer a dos, el otro lloraba sin cesar, —se estremece ante el recuerdo.

—Eran tiernos, pero ahora ya me dan un poco de descanso, son traviesos, pero son buenos niños, —inhala mientras sonríe alegre.

—Porque no me gustan los niños malcriados, —besa la punta de la nariz de Baekhyun. —¿Irás mañana con nosotros a dónde mi papá?

—Claro que sí, son mi familia, —coloca un dedo sobre sus labios para luego ponerlo encima de los de Chanyeol.

—Bien, —besa su frente, —vamos a dormir.

Al día siguiente, Baekhyun se levantó para bañar y vestir a sus hijos. Los tres veían televisión mientras hacía el desayuno y Chanyeol iba a atender la granja.

—Hice empanadas de carne y de pollo, —les dice a sus pequeños quien saltaron alegres para luego ir a la mesa. —Hay que esperar a papá, —les dice cuando los ve a punto de devorar todo.

—Bueno, mami, —dice el mayor apenado.

En cuanto Chanyeol llegó, la familia comenzó a comer con Baekhyun regañandolos un poco por ensuciarse con las salsas. Aunque amaban a sus tres niños y les gustaba darles cariños, también eran estrictos ya que no querían tener pequeños maleducados.

Después, Baekhyun les hizo lavarse la boca y luego de prepararse se fueron a la hacienda del señor Park dónde la familia los esperaba alegres. Amaban a los pequeños trillizos y siempre eran mimados por ambas familias, tanto los Park como los Byun.

—El abuelito dijo que me iba a dar un caballo, —dice alegre el de en medio mientras salen de la camioneta.

—Tía Yoora dijo que me haría una tarta, —soba su estómago.

El otro solo se mantenía sujeto de la mano de su padre mientras entraban a la casa donde todos los recibieron con abrazos y besos. A los niños les encantaba ser mimados, aunque no mucho cuando les aplastaban las mejillas.

—Están tan grandes, —dice la madre de Chanyeol. —Yoora hizo una tarta muy grande ¿Quieren comerla?

—Sí, —dijeron al unisono.

—Pero apenas acaban de desayunar, —dice preocupado Baekhyun ya que no quería que sus pequeños tengan algún dolor de estómago.

—Ya veo, entonces comerán luego de pasear con el abuelo ¿Sí? —dice con cariño la señora.

—Pero-

Los niños sienten un escalofrío y al ver a sus padres, miran sus ojos afilados que les decían que si hacían un berrinche les esperaba un castigo, tragaron saliva y solo asintieron con su cabeza.

—Vamos, pequeños, —el señor Park se va con los trillizos a la caballeriza.

Todos salieron detrás viendo cómo los tres niños seguían a su abuelo como si fueran pequeños patitos soldados detrás de su sargento. Yoora y Baekhyun comenzaron a sacarles fotos.

—Son tan tiernos, —chilla la señora Park cuando su esposo coloca unos sombreros de paja encima de sus cabecitas.

.

—¿Listos para aprender a trabajar la tierra y montar a caballo? —dice el hombre grande mientras se cruza de brazos.

—Sí, abuelito, —los niños saltan emocionados.

No era nada extraño que las personas desde pequeñas comenzarán a trabajar en la tierra y a atender a los animales, claro, todo con vigilancia y deberes pequeños como sembrar las semillas, montar en potros con ayuda de un adulto.

Baekhyun descansa su cabeza contra el pecho de Chanyeol mientras observa como sus niños regaban el pequeño sembrio de papas que ellos mismo habían sembrado desde hace un tiempo y como el abuelo les indicaba lo que debían hacer. Los trillizos eligieron sembrar aquello ya que Baekhyun prometió hacerles papas fritas con ellas.

Adoraba a su familia y sinceramente no la cambiaría por nada; amaba a sus tres retoños y a su marido romántico, tanto que no había nada más que ellos tres en su vida, jamás los cambiaría por nada.

***
Ahora sí, ya se acabó la historia por completo. 🌷🔥

Lirios de fuego || ChanbaekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora