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Renuncia de derechos, los personajes que salgan aquí son de sus respectivos autores.

Thalia lo supo.

Supo que jamás debió decir aquella frase maldita, porque literalmente todo salió mal.

Supo que desde el primer instante en que se montó en ese coche algo iba a salir mal, y así fue. ¡Esas tres ancianas no sabían conducir!

Casi se estrellan con otro coche en más de una ocasión debido a la gran velocidad a la que iban, aunque no podían ser vistos por los mortales.

Por suerte se bajaron después de un par de minutos, ahora estaban frente al complejo de apartamentos donde según residía Percy.

-¡Jajaja tenías que ver tu cara! -se burló Goku riéndose a mares mientras se llevaba las manos al estómago ante la mirada molesta de Thalia.

-¡Serás tonto! ¡Eso no tuvo gracia! -Thalia le golpeó el hombro pero eso incitó más risas en Goku, ver a Thalia asustada le dio gracia.

Aunque él mismo se asustó la primera vez que viajó en moto con Bulma, pensando en eso sus ojos brillaron con nostalgia por un segundo.

"Espero que estén todos bien"- discurrió Goku recordando su viejo mundo, pero no podía volver. Ahora tocaba vivir nuevas aventuras aquí.

-Si te sirve de consuelo también tuve algo de miedo cuando me subí el año pasado -declaró Annabeth viendo a su amiga quien bufó.

El año pasado viajó con Percy y su hermano cíclope Tyson para ir al campamento mestizo.

"Esa vez las hermanas grises nos dieron las coordenadas del mar de los monstruos... y hoy no nos dijeron nada, es raro"- pensó Annabeth.

Aunque ella tampoco sabía qué es lo que iba a pasar este invierno, así que aun si las ancianas hubieran revelado algo no lo habría captado.

-Gracias por el consuelo -comentó Thalia con sarcasmo y sin más se adentraron en el edificio.

Tras unos minutos subiendo escaleras llegaron al tercer piso, fue Annabeth quien tocó la puerta, era la única que conocía a la madre de Percy.

La puerta se abrió revelando la presencia de una hermosa mujer de cabello negro, ojos del mismo color que vestía una blusa azul y unos vaqueros.

Su nombre era Sally Jackson.

-Oh Annabeth, eres tú... -habló Sally esbozando una sonrisa y se percató de la presencia de otros dos jóvenes de su edad que ella no conocía.

-Buenas señora Jackson, ellos son dos amigos míos, también semidioses -respondió la mestiza hija de la diosa de la sabiduría- ¿Podríamos...?

-Sí, claro, pasad -Sally se hizo a un lado dejando pasar a los tres semidioses quienes entraron en la casa- Iré a por unos aperitivos y refrescos.

Annabeth iba a decir que no se molestara en hacer aquello pero ignoraba completamente que en su equipo había cierto glotón azabache.

-¡Jeje muchas gracias! Mi nombre es Son Goku -exclamó Goku con una sonrisa alegre mientras extendía su mano amigablemente hacia Sally.

-Un gusto Son Goku -Sally correspondió, tenía que admitir que era un nombre extraño aunque a decir verdad el chico parecía ser simpático.

-Yo soy Thalia... Thalia a secas, mucho gusto señora Jackson -la hija de Zeus saludó de igual manera, siguiendo el ejemplo de su amigo.

Forjado por la muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora