Forjado por la muerte

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Renuncia de derechos, los personajes que salgan aquí son de sus respectivos autores.

"¡Buen provecho!"

Goku exclamó con entusiasmo y empezó a devorar lo que había cazado mientras Bellion le miraba sorprendido por su forma de comer.

Hacía ya un par de horas que terminaron de entrenar y Goku cazó varios animales. Luego prendió una fogata en medio del bosque.

-Realmente esto está delicioso, ¿nunca comes o qué Bellion? -preguntó Goku con curiosidad pues el comandante siempre observaba cómo comía.

-No me es necesario, y por lo que veo tú lo haces con bastante emoción -contestó Bellion haciendo que el azabache rascara su nuca.

¡Claro que disfrutaba comer!

-Jeje, por cierto, ¿cuándo podré volver al campamento? -el chico preguntó mirando a Bellion con dudas- Ya pasó una semana...

Echaba de menos aquel lugar.

Echaba de menos entrenar, las capturas de bandera, charlar con la gente y sobretodo con Thalia, la echaba mucho de menos a ella...

Con ella charlaba, entrenaba, comía... desde su llegada al campamento siempre estuvieron juntos hasta lo que pasó en Westover Hall.

-Todavía debes entrenar más -le respondió Bellion- Pero aun así, ¿estás seguro de querer regresar, sabiendo cómo son esos dioses?

Goku frunció el ceño.

Gracias a Bellion supo muchas cosas acerca de los dioses... y realmente los detestaba, ellos habían hecho bastante daño a la humanidad.

Eso también incluía a sus hijos mestizos, a los cuales ignoraban una vez que les concebían y les dejaban a su suerte. Literalmente a su suerte.

Los dioses dejaban morir a muchos mestizos que no pudieron llegar al campamento, y los que llegaban muchas veces no eran reconocidos.

Era una situación lamentable.

Por eso quería cambiarlo todo.

Hacer que los mestizos estuvieran a salvo, proteger a los que no podían hacerlo por su cuenta y salvar a muchos de la muerte.

Esa también era una de sus metas.

Quería ser el más poderoso como siempre y además, ayudar a los mestizos que los dioses habían abandonado por su irresponsabilidad.

Ahora éste era su mundo.

Para eso, eran necesarias dos cosas.

La primera era tener un lugar en el que los mestizos pudieran vivir cuando les rescatara o salvara de las crueles fauces de la muerte.

Un sitio parecido al campamento, pero sin que haya necesidad de dividir a los mestizos según su progenitor divino. Eso... no era nada bueno.

Debido a que los mestizos que no habían sido reconocidos estarían aislados tal como sucedía en la cabaña once del campamento mestizo.

Y él... no quería eso.

Lo segundo seria vencer al titán Cronos. Si él volvía a la vida estaba seguro de que el mundo no estaría en paz, vencerle era una prioridad.

Los dioses olímpicos también se opondrían a que sus hijos fueran a otro lugar distinto al campamento... ese sería un gran problema.

"O tal vez esté pensando de más... realmente esto resulta bastante complicado"- pensó Goku con una sonrisa nerviosa y Bellion le atisbó.