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Me habían dicho que no saliera de mi casa por unos días por mi seguridad, luego de que les dijera de que uno de los rusos estaba aquí.
El encierro me estaba volviendo completamente loca. No tenía mucho que hacer dentro de casa, a parte de releer los libros que había comprado y mirar alguna serie o película.Nadie me había ido a visitar, ni siquiera Viktor, y me sentía más sola que de costumbre. Sin embargo, Greco me llamaba casi a diario para preguntarme cómo estaba y hablar de cómo avanzaba la investigación.
Esta última iba muy bien, ya que mi jefe había enviado a unos idiotas a una misión en el extranjero y no cubrieron bien sus huellas, por lo que cada vez estábamos más cerca.
Por otra parte, Ivanov se encargaba de intentar contactar con algún familiar mío, sin éxito alguno.Agradecía todo lo que estaban haciendo por mí, y principalmente que lo hicieran sin buscar nada a cambio. Nunca nadie había hecho nada así por mí.
Las tareas de la casa, como el limpiar y ordenar, se habían convertido en mi principal distracción, ya que siempre había más para hacer de lo que se creía. Además, había comenzado a cocinar.
Salía casi todos los días a tirar la basura en uno de los contenedores en la entrada del edificio y ese era el único contacto que tenía con el mundo exterior.Mis llaves giraban en mi dedo índice mientras subía las escaleras, moviendo la cabeza al ritmo de la música que se reproducía en mi cabeza.
Al girar en el pasillo divisé una figura grande y al lado de mi puerta, recargada en la pared. Me acerqué para poder saber quién era. Y al verle dejé caer las llaves, haciendo un ruido que llamó su atención.- Lys - suspiró aliviado al verme y se irguió completamente.
- ¿Qué haces aquí, Viktor?
Me acerqué hasta estar a su lado, y abrir la puerta de mi piso. Él me siguió con la mirada en cada instante, provocando que me costara introducir la llave en la cerradura.
Pasé al interior y, cuando quise cerrarle la puerta en la cara, él puso su pie en el camino de la misma.
- Debemos hablar - susurró, pero aún así lo pude escuchar perfectamente. Temblé en mi lugar.
- ¿Por qué ahora? ¿Por qué no hace una semana? ¿O cuando me fui de la comisaría? - me atreví a mirarle a los ojos y solo pude ver arrepentimiento en ellos.
- Lys...
- No, ni Lys ni hostias. Me escuchas a mí - le corté y coloque la mano en su pecho para alejarle - Te dije que iba a estar aquí para ti cuando quisieras hablar, pero la verdad es que no puedo hacerlo. No así. Estuve pensando y no voy a ser tu juguete. Y tampoco voy a estar esperando por ti cuando claramente no estás seguro de esto - nos señalé a ambos y suspiré.
Abrió por completo la puerta y avanzó, haciéndome retroceder para no chocar con él. Cerró la puerta y siguió acercándose.
Sentí mis pantorrillas chocar contra el sofá y mis manos ser tomadas por el ruso.- Estoy seguro, Lys - afirmó. Subí mi cabeza rápidamente y parecía ser sincero - Simplemente fue un shock muy grande para mí enterarme de todo esto. Te creo, ahora lo hago, pero tuve mucho miedo de perder a más personas importantes.
Sentí mis ojos arder y quise salir corriendo de allí, ignorarle y no caer en sus palabras dulces. Pero no lo hice.
Me aferré a su cintura, abrazándole fuertemente. Con sus manos atrajo mi cabeza a su pecho y comenzó a acariciar mi cabello suavemente.No sé cuánto tiempo estuvimos así, pero no me quise separar de él ni aunque me diesen la fórmula de la felicidad, porque le tenía a él y eso me era más que suficiente. Sus manos se dirigieron lentamente a mis hombros para separarme y, acto seguido, acunar mi cara con las mismas.
En ese momento, con la luz artificial de mi piso, sus ojos me parecían el gris más precioso que había visto, y también el más profundo.Mis manos rodearon los bordes de su camisa, arrugándolos en el acto. Él, al ver que no me iba a alejar más, juntó sus labios con los míos. Sus movimientos eran lentos y adictivos, por lo que procuré seguirlos lo mejor que pudiera.
En mitad de el beso me di cuenta que, por más triste que fuera, ese era mi primer beso con sentimientos de por medio y no con otras intenciones, como lo era la recolección de información.
Mis vellos se erizaron al sentir sus manos recorriendo mi cuerpo de arriba a abajo varias veces, intentando desvestirme en el proceso.
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Unos golpes en la puerta me despertaron, me destapé y me dirigía hacia la entrada. Al abrirla, solo sentí unos brazos rodearme y levantarme ligeramente.
- Lamento no haber venido antes, pero es que Darwell no nos lo permitía, pero ahora... - se separó y me miró de arriba a abajo, sus mejillas se tiñeron de rojo y reí por su reacción - ¿Ya ha venido?
- Ayer por la noche - sonreí y me hice a un lado - Pasa, Viktor está durmiendo aún.
Pasó por mi lado y yo cerré la puerta luego. Se sentó en el sofá más grande, dejando un espacio para que hiciera lo mismo.
- Si Volkov hubiera esperado hasta esta mañana, te habría venido a visitar de forma legal - fruncí el ceño ante lo dicho - ¿No te lo ha dicho? Darwell no nos tenía permitido venir a verte hasta que capturáramos a Sergei, pero parece que él no podía esperar más. No ha dormido nada en todo este tiempo, decía que se sentía muy culpable por haber acabado mal contigo la última vez que os visteis.
Hice un pequeño puchero con mis labios, provocado por la ternura que me causaba aquello. Segundos después, mi mente se estancó en lo que había dicho acerca de Sergei, y una sonrisa se posó en mi rostro.
- ¿Le habéis capturado?
- Sí, por la madrugada el gilipollas quiso hacer un atraco y le ha salido el tiro por la culata.
Salté de mi asiento y comencé a dar brincos en mi sitio, causando la risa de mi acompañante.
- Lys, ¿has visto mi...? - el ruso se cortó a sí mismo en cuanto le abracé fuertemente al ver que venía caminando por el pasillo - ¿Qué ha pasado?
- ¡Han capturado a Sergei! - exclamé, para luego plantar un beso en los labios del hombre y dirigirme hacia la cocina - ¡Voy a llevar comida, que sino me muero!
Escuché la risa de Greco y, considerablemente más baja, la de Viktor. Mi corazón se achicó en mi pecho al darme cuenta que, tal vez, era a esto a lo que la gente le llamaba familia.
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Ataraxia - Viktor Volkov
Fanfic『Solo una persona tan rota como tú, puede saber qué tanto lo estás. Solo una persona tan rota como tú puede entenderte tanto. Y solo un persona tan rota como tú te enamora de la forma que él lo hizo. Porque no te aleja el miedo de lastimarle sin...