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Mi estadía en Francia fue magnífica. Es un país precioso y digno de visitar.
Las calles y edificios te hacen sentir en un universo completamente diferente. Por no hablar de la cantidad de sitios turísticos que hay.
Las personas son otra de las razones por las que casi decido quedarme allí. No hay nadir insultandote porque sí y todos son tan serviciales como amables.
Todo al contrario que en Los Santos.Y ahora se estarán preguntando: ¿Has podido encontrar a tu familia?
Sí. Bueno, a una parte.
Tuve que preguntar a cientos de personas por ellos, hasta que un hombre ya algo mayor recordaba su dirección, ya que cuando era joven fue cartero.
Al llegar me encontré con una casa en un pueblito preciosa. Si bien era pequeña, destacaba entre las otras por su belleza.
Cuando golpeé la puerta, la abrió una chica más menor que yo, con tanta energía que parecía querer salir corriendo por las paredes.- ¡Hola! Si vienes a vender algo, lo siento, ahora no estamos en condiciones de comprar. Si eres una cobradora, denos más tiempo. Si... - comenzó a decir todas las posibilidades tan rápido que no me dio tiempo ni a decir hola.
- No.. Yo vivía aquí cuando era pequeña - expliqué, señalándole el interior de la casa - ¿Sabes de algún otro dueño que haya tenido una hija?
- No, esta casa la construyó mi abuelo. Es imposible que hayas vivido aquí.
Dicho esto, mi respiración se cortó brevemente. La miré de arriba a abajo y quedé paralizada.
Su piel era igual a la mía. Su cabello era un poco más corto, pero tenía la misma tonalidad que el mío. Y sus ojos, que parecían ser los más alegres que haya visto, tenían una forma diferente y un color más verdoso.Ls empujé a un lado y me adentré en su hogar.
- ¿Están tus padres?
- No, ellos...
En la planta superior se escucharon unos golpes y subí a averiguar quién o qué los causaba.
- Oye, si no te vas me veré obligada a llamar a la policía - me amenazó la chiquilla al ver que comenzaba a abrir una de las cinco puertas que había arriba.
Al llegar a la tercera puerta, una mujer anciana me sorprendió al estar parada justo detrás de la puerta, como si también fuera a abrirla.
Me analizó con su mirada y no pestañó por unos largos segundos que me parecieron interminables.- ¿Lys? - pronunció la mujer con un hilo de voz. Sus ojos celestes se vieron repletos de lágrimas de un instante a otro y me abrazó fuertemente.
- ¿Cómo sabe quién soy?
- Ay, eres igual a tu madre, cielo. Pasa, pasa - me guió dentro de la habitación y me invitó a sentarme en la cama, junto con ella - Louise, ve a cerrar la puerta principal, la has dejado abierta.
La otra rubia hizo lo que le había dicho y, poco tiempo después, volvió con unos vasos y jugo.
- Creo que ambas quieren saber lo que está pasando - asentimos coordinadamente, como si estuviese planeado - Tú, Lys, eres la primogénita de Mike y Michelle Lemaire. Ellos te adoraban, eras su luz y te cuidaban con todo su ser - comentó mirándome - Mientras que tú, Lou, eres hija de Michelle Lemaire y un tal Sergei.
La saliva se atoró en mi garganta y me obligué a toser para sacarla. ¿Sergei?
- Él era un ruso bastante apuesto que endulzó a Michelle y la convenció de engañar a su esposo - continuó, captando mi atención nuevamente - Lo que la pobre chica no sabía es que lo que el hombre quería era una niña, para llevársela a su jefe. Te estuvo vigilando y meses después, te raptó. Y a su madre la dejó embarazada.
Mike al enterarse de esto se marchó. No solo había dado vía libre al secuestro de su hija, sino que tendría un hijo con otro hombre.Escuché a mi lado a Louise sollozar, supongo que nadie le habría contado esto antes. Yo, por mi parte, estaba tan pasmada que no movía ni un músculo.
- Michelle se quedó conmigo hasta que falleció hace algunos años - suspiró y alternó su vista entre ambas - Yo le dije, que lo que estaba haciendo no era lo correcto. Pero mi hija siempre fue tan necia... Igual a su padre.
- Entonces... ¿Yo...? ¿Tú...? ¿Eres mi abuela? - pregunté con los ojos abiertos, tartamudeando luego de salir de mi asombro. Ella asintió con una sonrisa - ¿Y ella mi hermana?
Esa vez mi voz tomó un tono esperanzado, alternando mi vista entre ambas mujeres. Los ojos de la rubia estaban rojos e hinchados, pero una pequeña sonrisa se extendía en sus labios.
- Joder - dejé escapar en un susurro. Sentí las lágrimas acumularse y abracé fuertemente a mi abuela.
Al separarnos, me levanté de mi lugar y miré a la otra chica, captando su atención también. Lentamente, se acercó a mí y me abrazó.
Lloró en mi hombro durante un largo rato. En cuanto se alejó, me percaté de que nuestra abuela había traído unas galletas.- Si no te molesta responder, cielo, ¿cómo escapaste de ese ruso?
- Bueno, los hombres de su jefe me entrenaron para ser un arma. Cuando crecí me comenzaron a asignar misiones de infiltración y recolección de información... Así como de, bueno, de matanza - sentí que me costaba hablar cada vez más - Hace ya casi medio año me enviaron a Los Santos, para averiguar algo sobre un trabajo mal terminado por parte de este Sergei, y matar a todos los que conocían de esta situación.
Pues el tío que tocaba investigar era poli, y sus compañeros igual. Uno de ellos, un hombre de barba muy simpático, me convenció de contarle lo que me pasaba. Él me encontró en un gimnasio golpeando un saco de box bastante enfadada y se dio cuenta de que algo no iba bien.Suspiré fuertemente y respiré profundo otras tantas veces para calmarme y poder seguir explicándoles.
- Con la ayuda de los policías pudimos capturar a Sergei y Vik-Viktor, el tío que tenía que investigar, mató a Dimitri, el jefe.
Yo quería saber qué era de mi familia y pues aquí estoy. Se suponía que vendría alguien más, pero por temas laborales no pudo - con mis dedos sequé rápidamente una lágrima.- Y ese chico, Viktor, ¿cómo le mató? - preguntó Louise, mirando atentamente mi rostro. Yo me sentí enrojecer.
- Ah, bueno. Dimitri fue a mi casa por la mañana para matarme y... él estaba allí, escuchó el jaleo y le disparó en la cabeza.
- ¡Ay! Te has sonrojado, y estaba en tu casa. ¿Sois algo? - se levantó de su asiento con una galleta a medio comer en su mano.
- No... Bueno, sí. Es complicado - ambas me miraron, esperando que continuara - Para investigarle nosotros estuvimos juntos, ya sabeis.
- Sí, que habéis follado - la abuela miró seriamente a mi hermana, para luego mirarme nuevamente.
- Comencé a sentir cosas y él también. Pero cuando se enteró del por qué estaba allí tuvimos una pequeña pelea. Pudimos superarlo y comenzamos a salir. Íbamos a venir aquí juntos, pero su jefe pidió que se quedase el mismo día que partíamos para acabar con una mafia.
- Joder, que monos - comentó con cara ilusionada Lou.
- Que bonito es el amor - dijo esta vez la anciana.
- No, amor, no. Tanto no - una de sus cejas se levantó y yo pensé en lo que había dicho.
¿Era amor?
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Ataraxia - Viktor Volkov
Fanfic『Solo una persona tan rota como tú, puede saber qué tanto lo estás. Solo una persona tan rota como tú puede entenderte tanto. Y solo un persona tan rota como tú te enamora de la forma que él lo hizo. Porque no te aleja el miedo de lastimarle sin...