Prólogo

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La cocina se llenó de guardaespaldas, el chef y todos los cocineros incluyendo a Gulf se sorprendieron cuando estos empezaron a clavar sus miradas a todo el equipo y repetir una y otra vez la misma pregunta.

— ¿Quién hizo el sushi?

El joven ayudante de cocina sabía que unos príncipes habían reservado todo un rango por seguridad, y pensó que mínimo intoxicaría a alguien.

—Le repito nuevamente ¿quien hizo el sushi?—pregunta ya exasperado, Luke, jefe de seguridad del príncipe Mew.

Genovés ya no aguantando a aquellos guardias reales responde:

—¿Acaso le hizo daño el sushi?

—No, al heredero del reino Shadow le ha gustado mucho y necesita conocer al chef.

Todos suavizaron sus caras y sintieron alivio.

Genovés mira a su bebé y se dirige a Luke.

—Mi querido hijo se encargó de hacer el sushi, es un aprendiz, pero confié en él para que sustituyera al sub chef—dice este feliz, mientras con algunas palmaditas suaves lo empuja hacia adelante para que se deje ver.

Luke lo observa y se sorprende por lo joven que era, ya que su rostro mostraba a un chico iniciando sus veintes.

—Joven, dígame su nombre.

—Gulf Serpent—responde con algo de reserva.

Luke lo mira fijamente.

—No te imaginas el cambio que dará tu vida.

Gulf tragó seco, no entendía a qué se refería.

—Él quiere que lo lleve a su hotel.

Gulf mira a su padre con algo de temor.

Genovés con una mirada tranquiliza a su hijo.

—Gulf, si no quieres ir no te pueden obligar.

Luke no evita decir:

—Por supuesto que lo podemos obligar, es súbdito de la familia real según este registro—mira en su tablet—el joven Gulf nació en el reino Shadow, pero dudo que lleguemos a eso, y en dado caso que no fuera así nuestro heredero tiene lazos con este reino, así que su autoridad se extienden hasta este país, puesto que es prometido del segundo príncipe.

—Papi, ¿y si ese príncipe se quiere aprovechar de mí?, siempre en tus libros pasa eso.

—Gulf por los dioses, son libros y no estamos en la edad media, mejor controla lo que dices por tu boca—dice Genovés nervioso.

Luke no podía creer lo que escuchaba, además todas las lunas siempre eran los que querían aprovecharse de su amo, aunque este chico era del gusto del príncipe.

—El simplemente quiere que trabajes para él, no conoce tu físico así que no imagines ideas erróneas, nuestro príncipe no es así, solo se enamoró del sabor—lo mira de arriba abajo y con una sonrisa un poco maliciosa la cual no pasó desapercibida por, Genovés, agrega—de tu comida.

Genovés feliz, animó a Gulf, ya que aquello le daría más fama a su restaurante.

Genovés feliz, animó a Gulf, ya que  aquello le daría más fama a su restaurante

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