Á N G E L C A Í D O²

Capítulo Quince

adventus 

—Como te atreves —dijo alzando la mano para golpearme pero alguien más la detuvo

—¡No te atrevas nunca más a alzarle la mano así, ni mucho menos a hablarle con ese todo. No te confundas el es superior a ti! —su mirada era roja, su voz sonaba firme y ronca haciendo que la chica temiera.

—H-Hyunjin Amor —tartamudeo

—¿Hyunjin? —hable, realmente está aquí.

—¡Lárgate! —le demandó —no te quiero volver a ver mucho menos jodiendome la existencia a Felix entendiste.

—A caso no es obvio v-vine por ti. Vine a recuperar el tiempo perdido, a volver a ser solo tú y yo —lloriqueo.

—Ya no hay un tú y yo y lo sabes perfectamente. Ya no lo habrá.

—A-mor no

—¡Que te largues! —gritó asustando a la chica.

—Bien me voy —Dijo dándose la vuelta —pero siempre perderás —pensó observando al chico rubió.

Se quedó totalmente todo en silencio, vi como esa mujer me quedo viendo antes de irse. Volteo a verlo y en un susurro digo. —Hyunjin...

—Como que la pequeña Ryu me llamo vamos Jeongin —arrasto Minho a este sacándolo de mi vista.

—¿Felix estás bien? —pregunto Bangchan acercándose a éste.

—Si, si estoy bien

—Felix ¿Que paso hace ratos, ya sabes antes que viniera?

—Na-Nada solo fue una discusión.

A la vista de los demás así fue, pero fue distinto vivirlo y enfrentarlo, me sentía raro sentía como si la sangre me hirviera, como si algo dentro de mi quisiera salir, lo sentí en mi pecho una leve presión. Realmente quería asesinarla quería demostrarle realmente quien soy, pero no pude simplemente no pude.

—Ire con Jeongin —me dijo —¿Estaras bien?

No quería que Bangchan se fuera, el ambiente estaba tensó, no se qué hacer, tanto tiempo, tantos años sin verlo y así de la nada aparece. Pero asentí mirándolo marcharse.

—Felix —su ronca voz hizo estragos en el corazón del rubio.

—¿Que haces aquí? —formule sintiendo mi corazón bombear a mil por hora.

—Acaso no es obvio —dijo —Regrese por ti, ya es hora que sepas toda la verdad.

—¿tu lo sabías? —dije
—¿Tú sabías lo que iba a pasar?

—Felix —menciono

—Dime, ¿tú lo sabías? —Y por primera vez desde que llegó tuve el valor y el coraje para verlo a los ojos.

—Si, el viaje que hizo Bangchan lo recuerdas.

—Asentí con la cabeza sin dejar de mirarlo

—Bueno fue a verme, me comentó todo lo que estaba pasando, sobre tu sueño incluso sobre.

—¡Sobre Eva! —solte sin gracia.

—Si

—¡¿Porque hasta ahora? —Mi mente no haya a una respuesta. —¿Porque te dignas a regresar y contarme todo hasta ahora? ¿Sabes los malditos años que pasaron? ¿Sabes lo que tuve que pasar para poder superarte?! —Rugi estaba molestó dolido un mar de emociones se mezclaron al verlo.

—Lo que fueron años para ti, fueron eternidades para mí. no podía contarte todo desde el momento que ti vi. —Dijo acercándose un paso hacia el rubio.

—Pasamos justos muchos años y aún así no lo hiciste —Reprocho

—¿Pudiste superarme? —pregunto delicado, su voz sonaba tensa y su mirada decía más que mil palabras.

—¿Crees que es fácil? —pregunte, sin tener respuesta continúe —¡Pasaron tres malditos años para poder superarte, poder olvidarte, dejarte de amar, y aún aquí sigo sin poder hacerlo!

—Yo nunca te deje de amar, no importa en donde esté yo siempre te amaré como la primera vez que te conocí.

Si el tiempo se pudiera parar, entonces lo hizo en este instante, solo nosotros dos, acercándonos a uno contra el otro, sin dejar de mirarnos.

—Aún te amo —dije a centímetros de su rostro —
Y nunca lo dejaré de hacer.
—Y fue ahí cuando los centímetros que nos separaban se cortaron.
Uniendo nuestros labios en un beso lleno de sentimientos. Por qué no importa donde él o yo estemos, siempre nos amaremos como la primera vez que nos conocimos.

—Duele, pero se siente bien —dije separando me unos centímetros para verlo a los ojos.

—Aún me gusta lo bello que se te ven las quemaduras sobre tu piel —sonrió con picardía.