ᨳㅤֶ֢ ㅤ۫ 𝐃𝐮𝐥𝐜𝐞 𝐫𝐨𝐧𝐫𝐨𝐧𝐞𝐨 ᵎ

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Joshua miraba enternecido a su dulce pareja, sus rechonchas mejillas se inflaban graciosamente debido a la gran cantidad de muffins que estaban almacenados en ellas. JeongHan amaba aquellos panecillos con toda su alma, sobre todo cuando tenía un buen vaso de leche acompañándolo; él, por otra parte, prefería los alimentos con un bajo contenido en azúcar, sin embargo, no se pudo negar acompañar a su gatito a aquella panadería porque le había hecho uno de los pucheros más tiernos que jamás había visto. 

─ Shua, come. 

JeongHan tomó un muffin de chocolate y se lo colocó frente a sus labios, Joshua se sintió cohibido por aquella muestra de afecto en público, pero no se negó; abrió su boca y dejó que su omega lo alimentara, enseguida notó que una que otra mirada de las personas a su alrededor, la mayoría mantenía un gesto soñador, preguntándose si algún día podrían ser ellos en esa situación. 

─ Buenas noches, ¿Desean ordenar algo más? 

El mesero les preguntó amable, mientras servía más leche al vaso de JeongHan, el gatito interior de su pareja agitó suavemente su cola contento hacia el beta que lo estaba consintiendo en aquellos momentos, Joshua se percató de aquello cuando el aroma de JeongHan se intensificó en agradecimiento por la muestra de amabilidad. Agradeció que los betas no pudieran detectar el olor de las feromonas, no estaba seguro de poder controlarse si sorprendía a ese idiota disfrutando del aroma de su omega, sobre todo por el hecho de que se dirigía a JeongHan con segundas intenciones. 

─ No, gracias. Estamos bien. ─respondió irritado, tratando de detener un gruñido que amenazaba con salir. 

─ Recuerda, dulzura; puedes tomar los vasos de leche que se te antojen, la casa invita. ─comentó el mesero, ignorándolo por completo. 

─ ¡Muchas gracias! 

─ Tienes un poco de chocolate aquí, déjame limpiarlo. 

Alzó su pulgar para quitar los restos de chocolate en la mejillas de JeongHan, pero su acción se vio frustrada cuando Joshua lo tomó de la muñeca con firmeza, estaba enojado. Se consideraba un alfa demasiado paciente, pero cuando alguien osaba pasar de su límite de tolerancia, podía llegar a ser sumamente intimidante y más aún cuando se trataba de otros coqueteando con JeongHan frente a sus narices. 

─ No es necesario. ─Joshua lo soltó de manera brusca, mientras se posicionaba junto al omega de manera protectora─ Mi pareja y yo ya nos vamos, ¿Por qué no mejor gasta su exceso de amabilidad con el resto de los clientes? 

─ S-Señor, yo... 

─ Quédese con el cambio. ─interrumpió el patético tartamudeo del chico y dejó una cantidad considerable de billetes en la mesa─ Vamos, Hannie, es hora de ir a casa. 

Obedeció sin rechistar, tomando la mano de su novio que se extendía frente a él, Joshua entrelazó sus manos y salió del lugar luchando con su tigre para no regresar y golpear la patética sonrisa de aquel empleado. 

─ Shua, no te molestes. ─pidió una vez que estuvieron dentro del auto─ Sólo estaba siendo amable. 

─ Ese idiota te estaba coqueteando. ─se cruzó de brazos─ Además, no estoy molesto. 

─ Sí lo estás, puedo sentirlo y no me gusta, me altera. 

Joshua exhaló su frustración e hizo todo lo posible para apaciguarse, no quería que su molestia fuera transmitida a su pequeño, quien no tenía la culpa de sus celos estúpidos. 

─ Lo siento... No quería arruinar la cena de esa forma. 

─ No la arruinaste. ─apretó la mano de su novio y besó sus nudillos para tranquilizarlo─ Ya estaba lleno, si seguíamos ahí probablemente me sacarías rodando. 

Joshua rió sonoramente y sintió como todo su enojo se liberaba de su cuerpo, cualquier lo haría al imaginar al pequeño gatito rodando fuera de la panadería por exceso de muffins. 

─ Entonces nos hubiéramos quedado. ─dijo, mientras apretaba uno de los mofletes del menor─ Así tendría mi almohada viviente para abrazar todas las noches. 

─ ¡Joshua! 

JeongHan chilló, mientras escondía su rostro entre sus manos, Joshua volvió a reír, demasiado enternecido por la reacción del omega quien al final, terminó riendo igual que él. 

─ Vamos a casa. 

─ Vamos, tengo sueño y quiero dormir. 

JeongHan se acomodó en su asiento para tomar una siesta en el camino, había ayudado a Yeji a organizar su papeleo para no aburrirse mientras esperaba a su novio y ahora quería llegar a su casa y acurrucarse en sus mantas. 

─ ¿Dormir? Pero si yo hablaba de llegar a seguir alimentándote, no era broma lo de la almohada. 

─ ¡Hong JiSoo!