ᨳㅤֶ֢ ㅤ۫ 𝐃𝐮𝐥𝐜𝐞 𝐫𝐨𝐧𝐫𝐨𝐧𝐞𝐨 ᵎ

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Joshua revisó por enésima vez el armario junto al baño y el perchero de ropa que mantenía en la entrada, pero seguía sin encontrar su abrigo. Resignado, decidió tomar otro, sin embargo, se llevó una gran sorpresa cuando se percató de que todos sus abrigos favoritos estaban desaparecidos, sólo quedaban colgados en las perchas aquellas prendas que sólo utilizaba en escasas ocasiones. 

Extrañado, fue hacia la canasta de ropa sucia y revisó su contenido con la esperanza de encontrar algo, pero sólo había unas cuantas prendas usadas porque hacía días había lavado la ropa, revisó la lavadora y secadora para ver si por casualidad había olvidado algo dentro, pero no había nada. 

─ JeongHan, ¿Sabes qué ha pasado con mis abrigos? ─no obtuvo respuesta. 

Fue hacia su habitación para preguntarle nuevamente, pero tampoco estaba, lo cual era extraño puesto que a esa hora su omega debería estar descansando, mientras veía televisión con su pequeña bola de risos a un lado. Sin embargo, esta vez sólo estaba Kkami ocupando el medio de la cama, aprovechando que uno de sus amos estaba ausente. 

─ ¿JeongHan? ─olfateó alrededor hasta dar con su esencia. 

Como si fuera un camino de flores frente a él, siguió el aroma hasta llegar a una de las habitaciones extras que mantenían para invitados, pero que próximamente se convertiría en la habitación de su cachorro. 

─ Amor, ¿Has visto mis abrigos? 

Su pregunta se respondió sola, había encontrado a su pareja con las manos en la masa; JeongHan tenía un nido construido en aquella habitación, las prendas estaban amontonadas por toda la orilla de la cama, formando una especie de fortaleza, en el centro estaban las mantas de los dos, concentrado el olor de ambos como una especie de núcleo que le otorgaba seguridad y comodidad al omega, quien se encontraba acurrucado en aquel punto. 

─ Están aquí. ─respondió con un sonrojo y sonrisa juguetona al verse descubierto. 

─ ¿Un nido aquí? ─preguntó con desconcierto─ Siempre lo haces en nuestra habitación. 

─ Tuve la necesidad de hacerlo. ─JeongHan tomó uno de los abrigos en sus manos y lo apretujó contra su cuerpo─ La habitación no tenía nuestro olor, no me sentía cómo utilizando esta habitación para el bebé sin nuestro aroma, sé que es tonto pensar en eso ahora, pero- 

Joshua enternecido se acercó a la orilla de la cama y extendió su mano para acunar el rostro del omega contra su palma, JeongHan enseguida ladeó la cabeza en busca del contacto, su pareja estaba ligeramente avergonzada, pero Joshua no pudo evitar emocionarse aún cuando sabía que no era seguro que pudieran tener un hijo. 

─ ¿Puedo acostarme a tu lado? 

El omega asintió con emoción y se movió del centro, retiró unas cuantas sábanas, reacomodando la organización del espacio para que su alfa pudiera entrar. Joshua subió a la cama y se recostó cómodo sobre las suaves almohadas que habían comprado especialmente para cuando JeongHan tuviera la necesidad de estar en un ambiente cómodo. 

JeongHan buscó ansioso el calor de su pareja y se acurrucó sobre su pecho, Joshua lo rodeó con su brazo y se mantuvo cerca de él, permitiendo que su omega se impregnara por completo de su aroma, quien, ni tarde ni perezoso, empezó a restregar su mejilla sobre la glándula de su olor. 

─ No puedo esperar a tener a nuestro cachorro con nosotros. 

─ Yo tampoco. ─respondió el menor con su voz temblorosa. 

Joshua abrazó con dulzura a su precioso omega que se escondía en sus brazos, buscó la marca en su cuello y la acarició con suavidad, mientras se dejaba invadir por las suaves feromonas que expresaban felicidad y tranquilidad. Besó sus labios, sintiendo el cariño desbordar por su cuerpo y tal fue su alegría que olvidó por completo todos los deberes que debía realizar ese día.