Púrpura y calypso (Reyna x Sage) (ReyGe)

•Capitulo 5•

*Aviso de escena subida de tono.

La noche había caído, Reyna y Sage estaban dentro de la tienda, Reyna boca arriba y Sage de costado, mirando a Reyna y abrazándola. Habían estado conversando, compartiendo gustos y aficiones, luego de un rato, Reyna nota que Sage se estaba durmiendo, la conversación estaba buena, pero había sido un día duro, se voltea quedando de frente con Sage. Por primera vez en su vida, la sensación desagradable después de utilizar su Ulti se había esfumado a las horas, no había tardado días como las otras veces.

Sus frentes se estaban tocando, ambas podían sentir la respiración de la otra, una sensación agradable recorre el cuerpo de Sage al sentirla y, aunque casi estaba completamente dormida, sus sentidos se activan y acerca sus labios lentamente a los contrarios rozandolos a penas, el ritmo de su respiración lentamente iba aumentando con aquel roce, Reyna se da cuenta de lo que estaba pasando, no sabía si aquello estaría bien o no, pero aunque lo intentaba, no podía alejarse, no quería alejarse. Ambas comienzan un lento beso, muy simple al comienzo, solo los labios unidos, pero Sage separa los suyos, capturando el labio inferior de Reyna, lo que hace que la morena también separe los suyos, el beso cada vez se iba haciendo más apasionado y ambas podían sentir como la temperatura iba en aumento.

No faltó mucho para que sus lenguas se unieran, rozandolas cada vez más efusivamente, las manos de la monarca comienzan a recorrer el cuerpo de su subordinada hasta llegar a su pierna, la que hace que levante y la ponga sobre su propio cuerpo, poco a poco la mano de Sage se mueve hacia la entrepierna de Reyna, la que al sentirla, rompe el beso y agitada la mira, podía sentir sus intenciones.

– ¿Estás segura de esto?

Le pregunta Reyna acariciando con ternura el rostro de Sage, esta separa sus piernas, hace que Reyna se ponga boca arriba y se posiciona a horcajadas sobre Reyna.

– Nunca había estado más segura en mi vida de algo.

Reyna atrae el rostro de Sage comenzando un nuevo beso, mucho más apasionado que el anterior, lleva sus manos hasta la espalda de Sage y la acaricia hasta llegar a sus glúteos, los cuales aprieta haciendo que su Majestad se sobresalte. Sage por su parte, moría por quitarle la ropa a Reyna, pero el lugar era tan estrecho, que cualquier movimiento era el triple más complejo. Reyna vuelve a detener el beso.

– Espera, apenas me puedo mover aquí dentro.

– Yo igual, pero afuera me voy a congelar y no quiero parar ahora.

Reyna quita a Sage de encima y como puede se quita el pantalón y las bragas, Sage al notar lo que la hacía la morena, la imita, quitándose también el kimono. Esta vez, es Reyna quien se pone arriba, vuelve a besarla con fervor, poniendo una de sus piernas en la entrepierna de la reina, tocando con su muslo la húmeda intimidad de su contraria. Sage flexiona su pierna, situándola también entre las piernas de la guardaespaldas, Reyna comienza a mover su pelvis, frotándose contra el muslo de su superior haciendo con esto que su muslo también se roce contra la intimidad contraria. Ambas comienzan a emitir débiles jadeos, sus centros estaban cada vez más húmedos, los movimientos pélvicos iban aumentando de intensidad, al igual que los jadeos, los cuales se van convirtiendo en gemidos, Reyna separa sus labios de los contrarios y los lleva hasta el cuello de la monarca, besando y mordiendo dicha zona, dejando pequeñas marcas. Sage estaba completamente entregada a su guardaespaldas, sintiendo el placer recorrer todo su centro, Reyna la besaba recorriendole el cuello, yendo nuevamente a sus labios para después ir al otro lado del cuello. La excitación de ambas estaba llegando al límite, lo que hacía que sus movimientos pélvicos fueran cada vez más bruscos y rápidos. La explosión de placer no tardó en llegar, ambas gimen en alto una última vez, llegando al clímax al mismo tiempo.