Painkiller - Saida G!p (omegaverse)

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— L-lo siento, en verdad — repitió la más baja mientras buscaba algún tipo de resguardo en el suelo

Sus manos sudaban y por un instante creyó que el alfa frente a ella le haría algo ya que había permanecido demasiado tiempo en silencio.

Había hecho antes, muchas veces para ser honesta pero siempre temía ser atacada como muchos otros omegas. No era sencillo como parecía, si ellos querían la lastimarían, eran mucho más grandes y fuertes, pero siempre había tenido suerte de no ser una víctima por ser "malagradecida" como muchos se justificaban. Quería que está ocasión no fuera una excepción.

- Está bien, no te preocupes - susurró aquel muchacho que bajó la cabeza resignado, sin enojo, solo tristeza que la gente a sus alrededor noto por el olor que desprendía - s-solo...solo no rechaces esto, por favor - dijo acercando más la rosa que yacía desde temprano en sus manos

Dahyun suspiró más tranquila, nunca completamente aliviada pero agradecida con aquel alfa tranquilo qué, a pesar del rechazo jamás se volvió violento, lo apreció mucho y sin dudar acepto aquella flor.

De camino a casa se sintió mejor, podría decir que hasta feliz sin motivo específico.

Al tocar la puerta Mina, la alfa con la que compartía apartamento la recibió con una deslumbrante sonrisa que solo hacía alborotar su felicidad.

- vaya, otro en la misma semana? Y sigues creyendo que no eres preciosa - dijo mirando la rosa y a la chica sonrojada que la sostenía - traes locos a los alfas, Dahyun - volvió a su antigua posición en el sillón

La coreana solo asintió, sus mejillas quemaban y se quedó con una boba sonrisa sin poder responder ante los halagos de la japonesa, alfa que alguna vez también tuvo que rechazar pero que ahora eran buenas amigas. Negó con la cabeza, dejó la rosa en un florero vacío y se sentó junto a ella en el sofá tirando su mochila en algún rincón.

- en una hora más o menos iré a la plaza, me acompañas?

- Sí - respondió sin mucho problema aunque se sobresaltó cuando las manos de la japonesa atraparon su cintura para acercarla a ella. Era algo normal, siempre lo hacía cuando se sentaban juntas para abrazarla pero Dahyun no podía evitar saltar, no estaba incómoda pero podría decir que sí ligeramente intimidada, nada que no desapareciera con los minutos en los cuales se relajaba con el olor de la otra pese a no ser pareja

• • •

- Hm... aquí, necesito comprar ropa interior - avisó con un ligero rubor - ahm... Y si me esperas? Puedes ir a otro lado, te alcanzo, sí? O si prefieres yo-

- Descuida, Minari. Iré a buscar algo de ropa enfrente, tú ve por la tuya - le sonrió antes de darse vuelta e ir directamente a una tienda

Al fin iba a ver una falda que había estado acechando desde que pasaron cerca del local y de paso algunas otras prendas que seguro no se probaría con Mina o alguna otra alfa cerca.

Pasó cerca de media hora, a la coreana realmente le gustó el fuerte contraste de su piel con la ropa interior negra que decidió comprar y ponerse.
Nunca fue alguien que presumiera de tener una hermosa figura, le daba igual la opinión a su cuerpo pero a veces se sorprendía a ella misma con las lindas curvas que veía en ella.

Admirandose con tanta atención en el espejo que no notó cuando alguien se coló dentro de aquel probador.

- Dahyun! - Gritó Mina mientras colocaba en la mano de la mencionada algunas pastillas - q-qué no te sientes mal..?? Tu olor está inundando el local! Tu celo... - murmuró la japonesa al notar la falta de ropa en la menor, sin notarlo atrapó uno de los brazos de la coreana - Dahyun.. - la voz de la japonesa comenzaba a ser mucho más baja y ronca, sus ojos quedaron fijos en ella y su olor comenzaba a ser más intenso en solo un parpadeo, cosa que alarmó aún más a Dahyun que aún trataba de resguardarse en la esquina sin poder deshacer el agarre que Mina ejercía fuertemente en su antebrazo mientras se acercaba amenazante.

Twice One-ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora