Luz en la oscuridad - |Tokyo Revengers|

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El comienzo de una historia o el inicio de una pesadilla

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Sano Manjiro supo, desde el momento en el que se despertó, que ese día iba a ser diferente, aunque no sabía exactamente el por qué. 

Se sentía muy bien, sus feromonas no se habían descontrolado y su alfa interior estaba muy calmado, tal vez por los supresores que había tomado la noche anterior, así que la extraña sensación en su estómago lo tenía desconcertado, pero decidió no darle importancia ya que nada parecía fuera de lugar.

Su hermano, Shinichiro, lo despertó como todos los días, botándole un vaso de agua en la cara, luego discutieron como siempre. Mikey reclamándole por el agua y Shinichiro riéndose del menor y apurándolo para que se arregle y baje a trabajar en el taller.

Desde que Mikey se graduó de secundaria había empezado a trabajar con sus hermanos mayores, Shinichiro e Izana, en el taller de motos del mayor. Al principio iba a ser temporal, hasta que encontrara su camino a seguir, pero ya había pasado dos años y no encontraba nada y a decir verdad estaba cómodo con su vida ahora. 

En el día ayudaba en el taller y algunas tardes daba clases de pelea a pequeños niños del vecindario. Luego, si tenía energía iba a tomar con algunos amigos o iba con Sanzu su... ¿novio?. No, más bien su amigo con beneficio.

El peliblanco y Mikey habían empezado su especie de relación cuando eran unos adolescentes, pero debía admitir que esta relación no era la más sana, principalmente porque solo se reunían para el sexo y también porque el peliblanco utilizaba "pastillas recreativas" y era muy, MUY, inestable.

Shinichiro, Draken y prácticamente todos sus amigos le habían dicho que esa relación no iba a terminar nada bien, especialmente por la dependencia que Sanzu demostraba hacia él. 

El peliblanco literalmente entraba en crisis y enloquecía cuando Mikey no le escribía o respondía sus llamadas. No quería imaginar que pasaría cuando terminaran con esa relación, si a eso le podía llamar una relación. 

-¡Deja de estar en las nubes y empieza a limpiar, tenemos que cerrar!- Izana, su hermoso hermano mayor, le tiró su trapo sucio para que él bajara de las nubes y ayudará con la limpieza.

Ese día había tenido mucho más trabajo que de costumbre, razón por la cual no pudo ir con los niños a dar clases y se quedó todo el día en el taller.

-Ya te escuché Izana, no debes ser tan molesto- Su hermano dió la vuelta para terminar de arreglar su parte y luego se fue a la parte de atrás de la tienda, supuso que el moreno iba a ir con su pareja.

Esto lo confirmó por la cara de molestia que Shinichiro tenía cuando vio a Izana salir con ropa casual.

-Te quiero a las 11 aquí Izana. Ni un minuto más o haré que los chicos te busquen- Fue la sutil pero efectiva amenaza de Shinichiro.

Su hermano mayor era demasiado sobreprotector con ellos, especialmente con Izana y Emma, ya que ambos eran Omegas y como tal corrían más riesgos, ya que había alfas que podían atacarlos, aunque en más de una ocasión Mikey había visto a Izana golpear a los alfas que se atrevían a verlo como débil, pero aunque sea fuerte si un alfa soltaba sus feromonas podría someter a Izana y hacer lo que quiera con el, es por eso que Shinchiro se preocupaba tanto por el moreno.

Mucho más porque no conocía a la persona con la que el de ojos violetas se estaba viendo y eso hacia que al pelinegro le diera un ataque de ansiedad cada que su hermanito salía.