Epílogo

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Los años venideros

Parte 2

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-Papá, abajo, abajo- Ken sonreía al ver a su hijo tan emocionado. 

El alfa había decidido salir de la casa para ir con su hijo a comprar algunas cosas que necesitaban y de una vez darse una vuelta por el almacén de motos que él dirigía. Taro no podía estar mas feliz de acompaña a su papá ya que este siempre le compraba alguna cosa cada que lo acompañaba. 

-Ya Taro, ve- Ken bajó a su hijo de sus brazos para que este fuera corriendo hasta la tienda a unos metros de distancia. 

Ken se sentía muy feliz al tener a su hijo y omega en su vida. Sin duda era muy feliz por tener a esas dos personas en su vida.

-¡Auch!, perdón señor- Ken salió de sus pensamientos al ver como su hijo chocaba con una persona. 

El alfa se acercó rápidamente para ayudar a su hijo quien estaba siendo ayudado por el hombre con el que había chocado. Ken iba a coger a su hijo cuando se congeló al ver al hombre que estaba con su hijo.

-Kokonoi- Murmuró Ken lo suficientemente alto para que el pelinegro lo escuchar. 

Koko estaba muy cambiado, sin duda la cárcel cambiaba a las personas. El pelinegro estaba más alto y su cabello lo tenía corto. Todos estos cambios habían hecho a Koko irreconocible para Ken.

-Hola Ken- Sonrió Koko mientras ayudaba al pequeño a pararse.- Tú debes ser el pequeño hijo de Inupi- Dijo Koko hablando con el pequeño. 

-¿Conoces a mi mami?- Preguntó Taro inocentemente. 

Ken, quien estaba viendo la interacción de esto dos no podía estar más nervioso. Nunca esperó ver al pelinegro de nuevo. 

-Si, él y yo fuimos amigos. Lo conocí cuando era igual de pequeño que tú. Te pareces bastante a él- Dijo Koko mientras agitaba los cabellos rubios del pequeño. Sin duda alguna el chico se parecía bastante a su antiguo amor. 

-¡¿Enserio?!- Taro estaba muy emocionado por las palabras del hombre y es que él siempre quiso parecerse a su madre y que alguien le dijera que se parecía lo hacía feliz.

-Taro, ve a dentro del local. Tengo que hablar con el hombre- Ordenó Ken para terminar con la interacción de ambos. Y es que le daba celos y miedo ver a su hijo hablar tan cómodamente con Koko

-Bien papi, adiós señor- Dijo Taro antes de hacer caso a su padre. 

Al irse el pequeño, los dos adultos se quedaron en total silencio. Un incómodo silencio.

-¿Qué haces aquí?- Preguntó Ken con total seriedad- ¿Quieres hacer daño o...- 

-Quería ver si Inupi y mi hijo estaban bien- 

Ken sintió que el alma se le salía del cuerpo al escuchar la afirmación de Koko. Y es que ¿Cómo Koko se había enterado que Taro era su hijo?. 

-¿Cómo?- Las palabras se atoraron en la garganta de Ken y es que sentía que su mundo se venía abajo. 

-¿Cómo me entere del embarazo de Inupi?- Completó la pregunto Koko- Lo sabía desde el principio así que no te sorprendas tanto- 

Luz en la oscuridad - |Tokyo Revengers|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora