Capítulo 14

475 54 39
                                    

Fury Elite Force Commander

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Fury Elite Force Commander

HUNTER

Estaciono el coche frente a la casa blanca como me indica el GPS justo cuando mi móvil comienza a vibrar en mi bolsillo. Lo saco confundido observando el número desconocido. La única que tiene mi contacto es Sky su número y el Robin son los únicos que tengo agendados.

Deslizo el dedo por la pantalla para contestar y me lo llevo a la oreja.

—¡Oye, idiota! —El chillido enfadado de Carter me hace apartarme un poco del móvil— ¿Acaso tienes un nuevo mejor amigo? ¿Vas a cambiarme por otro?

—¿De qué coño estás hablando, Carter? —pregunto exasperado—. Y deja de gritar, que no estoy sordo, idiota.

—¿Quién puta es Robin Jones y por qué dice que es tu mejor amigo?

—¿Estás jodidamente bromeando? —Me saca de mis casillas y me paso la mano libre por los ojos, tratando de buscar paciencia donde no tengo—. Sabes perfectamente quién es Robin. Deja de comportarte como una jodida novia tóxica.

—¿Él es tu mejor amigo ahora? —pregunta horrorizado.

—Los dos son mis mejores amigos, deja de joder y comportarte como una perra tóxica —contesto harto de tanto circo de mierda.

—Pero yo sigo siendo el número uno, ¿verdad? —sigue pinchando y siento ganas de lanzar el móvil lejos.

—Carter —empiezo—. Pasé cuatro años lejos de mi familia, pensando que mis hijos estaban muertos. Me hice adicto, intenté suicidarme y cuando por fin consigo volver, me arrestan a mí y a todos los que me importan. Nos enjuician, me entero de que todos aquí creían que estaba muerto, mi mujer está comprometida, casi me encarcelan de por vida y la mitad de mi familia pertenece a la mafia rusa —hago una pausa para calmarme antes de que termine mandándolo a la mierda—. Ahora tengo que infiltrarme en la jodida mafia, soportar ver a mi mujer cachondearse con otro, lidiar con su padre, que de hecho es el magistrado de la jodida organización de mierda que me arruinó la vida y recuperar la relación con mis hijos. —Cierro los ojos—. ¿Quieres dejar de añadir más porquería a la montaña de mierdas y cosas que tengo encima?

—Yo... Bueno, si lo pones así... —responde más suave, oyéndose avergonzado y convirtiéndose en un cachorro.

—Te veré mañana, Carter —digo y corto la llamada.

Cubro mi rostro con las manos mientras dejo caer la cabeza en el respaldo y me quedo así por varios minutos, juntando fuerzas para bajarme del coche y enfrentar la conversación que sé que voy a tener con Robin.

Estoy cansado, en todos los sentidos. Desde que ingresé a la FASEA con seis años, mi vida ha sido un constante balanceo sobre un precipicio y mi cuerpo y espíritu están agotados de luchar con todas sus fuerzas para sostenerse y no caer.

Punto de InflexiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora