Capítulo 15

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Inestabilidad 

20 de enero del 2021

Afueras de Marsella, Francia

MASON

Cierro la laptop cuando termino de examinar minuciosamente todos los videos y fotografías que le tomé a mi querido hermano cuando fue mi invitado especial en la base de la URRA.

Sus facciones contraídas por el dolor, las lágrimas, sus gritos de sufrimiento y cómo poco a poco se convirtió en mi perro sumiso son cosas que mi mente repite una y otra vez.

No me canso de ver los videos, me producen una placer mucho más delicioso que el sexo, la bebida o cualquier cosa que haya probado con anterioridad.

Escucharlo rogarme, suplicarme y pedirme clemencia fue la experiencia más reconfortante y plácida de mi vida.

Ver la sangre deslizarse por su piel me espesa la saliva, contemplar las marcas que dejé en su cuerpo como mi sello personal es como una inyección de adrenalina que me pone eufórico, y observarlo perder la cabeza por la droga y las alucinaciones aumenta mi nivel de serotonina.

Abro mi álbum de recortes y fotografías y paso las páginas con suavidad hasta encontrar lo que busco: las imágenes de mi hermano y la zorra en el centro comercial Westfield World Trade Center en New York.

Los liberé simplemente porque me encanta jugar, y el juego del gato y el ratón es mi favorito. Dejarlos ir, darles esperanzas y luego volver a buscarlos para perpetuar su dolor.

Sin embargo, fueron más rápidos que la FASEA y los incompetentes soldados rusos que mandé a capturarlos. Escaparon a New York, pero jugar a la casita y a los esposos no les duró demasiado tiempo por un motivo muy simple: el CAI.

Comité de Asuntos Internacionales, vaya nombre. Discreto, neutral y para nada sospechoso. Una organización que se ha mantenido oculta durante décadas infiltrándose en todos los ejércitos secretos de los países que están involucrados en la Guerra Interna, haciéndose pasar por un pobre grupo rebelde mal apodado "Ejército Blanco" por los ignorantes.

Elliot Tanner, el agente infiltrado en la URRA que atrapé cuatro años atrás, fue la punta del iceberg que me abrió los ojos y me permitió adentrarme en esta parte del conflicto que ha estado tan bien oculta durante tanto tiempo.

Tan pronto supe sobre la existencia del CAI y me percaté de la incompetencia e ineficiencia de la URRA en este aspecto, me fugué con dos aliados y me uní al "Clan Lefèvre", la mafia francesa.

Fue muy fácil ingresar una vez que supieron que yo poseía información tan jugosa. Siempre han mantenido buenas relaciones con el gobierno de Francia, pudiendo influenciar a nivel político y metiendo fichas a la hora de aplicar la ley.

Pero hay un pequeño detalle que el gobierno francés mantuvo para sí mismo, el Flujo Experimental. Y otro pequeño detalle del cual no sabían nada, el CAI.

Esa traición por parte del gobierno no les gustó nada a los Lefèvre, quienes me acogieron de inmediato y me colocaron en un pedestal de oro. Soy una pieza sumamente importante en su tablero de juego y mi presencia y papel aquí es monumentalmente más trascendental que en cualquier otro lugar en el que haya estado.

Soy importante, poderoso y valioso.

Paso más páginas hasta llegar a las fotografías del desastre en el aeropuerto de LaGuardia, donde el bendito CAI logró llevarse a mi hermano.

¿Con qué fin?

El salvaje con el que comparto sangre lleva años atentando en contra de la organización sin tener idea de que esta forma parte de una rama especializada de la CIA.

Punto de InflexiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora