Capítulo 27

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Estoy aquí 

HUNTER

—¿Tienen la cura para el Letacium? —pregunto desesperado—. Si no es así podemos traerla de la Caja, podemos...

—Tenemos la cura, comandante —me interrumpe el médico—. Pero no queremos utilizarla precipitadamente.

—¿Qué mierda significa eso? —bramo con una combinación de furia y dolor que se pelean por dominar a la otra.

—No sabemos qué es la otra droga ni qué contiene...

—¿Y qué están esperando para analizarla maldita sea? —ladro.

—Eso es justamente lo que están haciendo ahora mismo, comandante —responde con paciencia infinita.

—¿No pueden darle la cura al menos para eliminar el Letacium? —pregunta Sky entrecortadamente por los sollozos.

—Lo haremos tan pronto la probemos con su sangre para observar la reacción; no podemos inyectársela sin más, sería peligroso —dice lentamente—. Ya lo estamos haciendo —agrega cuando ve que abrimos la boca para protestar.

—Al menos adminístrale algo para el dolor, es un niño —pido con la voz quebrada y Sky me aprieta la mano.

Ambos sabemos lo que se siente tener esa mierda circulando por el cuerpo y éramos adultos cuando lo padecimos. ¿Qué mierda sentirá Logan cuando el veneno lo queme por dentro?

No quiero ni siquiera pensar en esa pregunta porque la respuesta podría volverme enfermo de ira y dolor, y necesito tener la mente clara para cuidar de mi hijo, no comportarme como un jodido animal ahora mismo.

—Comandante, usted sabe cómo funciona el Letacium... No podemos administrarle ningún calmante hasta que despierte porque si lo hacemos no surtirá efecto —suspira—. Ahora mismo ambos están sedados para que puedan descansar, estaban muy alterados cuando los trajeron.

Bajo la cabeza para mirar a mis dos bebés mientras siento las lágrimas fluir nuevamente. Les acaricio el cabello suavemente y grabo sus rostros en mi mente.

Prometí que no dejaría que nada los toque y ahora mismo el universo debe estar riéndose en mi puta cara por prometer cosas que soy capaz de cumplir.

Pero a partir de ahora me esforzaré el triple y me dejaré la piel por conseguir mi cometido. Si tengo que volverme un jodido asesino de nuevo y aniquilar a medio planeta mientras enciendo el mundo en llamas, eso haré.

No más suavidad, no más autocontrol; si quieren verme en modo bestia eso es lo que les voy a dar y convertiré todo en un puto circo sangriento y macabro donde el animal salvaje devore la carne de los enemigos que lo han mantenido encadenado provocándolo durante años.

—¿Dónde están? —pregunta agitadamente Nicholas entrando a la habitación con June detrás—. Mis niños —solloza cuando los ve y se acerca a nosotros, acariciándole el rostro primero a Emmett y luego a Logan.

—No te atrevas —gruño cuando veo sus intenciones de tomar a Logan—. Ni siquiera lo pienses, Nicholas, porque la mínima provocación ahora mismo me obligará a convertirme en un puto psicópata.

No me responde, pero tampoco vuelve a intentar sujetarlo. June se acerca despacio, con una expresión de seriedad absoluta. Lleva el brazo izquierdo en un cabestrillo y veo la red de venas negras asomarse por el cuello de su suéter.

Su marido la deja pasar y no emite palabra mientras revisa a los gemelos y pasa sus dedos suavemente por sus facciones. Conecta los ojos con los de su hija y le besa la frente para luego clavar su mirada en la mía.

Punto de InflexiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora