Prologo 🌸

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El viento sopló haciéndole resguardarse en su bufanda, hacia algo de frío y eso provocaba que tanto su nariz como sus mejillas se tiñeran de rosa haciendo resalta su blanquecina piel, al menos eso podría hacer menos notables las horribles ojeras bajo sus ojos. Entró al local en donde trabaja, colgando su saco junto a su bufanda en el perchero, se quitó el gorro de lana y se prepara para otra jornada en el trabajo.

Hoy le tocaba doble turno en la cafetería y luego debía ir a la casa de sus padres para Tener noticias de Irene, necesitaba el dinero para pagar su renta y ya casi no tenía comida en su despensa, así que debía dejar todos sus problemas a un lado y sacar su mejor sonrisa para atender a sus clientes. El dinero no le alcanzaba, con sus gastos, los medicamentos y tratamiento de Irene eran demasiado caros, pero él no podía dejar que sus padres se hicieran cargo, ya que esto eran mayores de edad y sería demasiado para ellos.

Ser un Omega de veintitrés años con poca experiencia laboral, trabajar en una cafetería era lo mejor que podía conseguir. Aun así, no contaba con el dinero suficiente para llegar al mes, estaba exhausto y ya ni siquiera podía dormir las horas necesarias, debía conseguir otro trabajo para poder sacar a su familia adelante.

Siendo un Omega joven de su edad, se debía tener cuidado con el tipo de trabajo que buscará ya que no muchos le tomaban en serio y hubo más de una vez en la que un desagradable Alfa intento aprovecharse de él.

Las horas se pasaron más lentos de lo que a Taeyong le hubiera gustado, pero finalmente había llegado la hora de cerrar, solo debía atender al último cliente que acaba de entrar...

—buenas noches ¿qué desea ordenar? —pregunto el pequeño Omega con el lápiz y su libreta en mano.

— americano.. — respondió el Alfa con la mirada fija en el Omega.

Taeyong se removió en su lugar sintiéndose algo incómodo por la manera en la que el hombre le observaba , eso y sin contar el intenso aroma a cilantro y limón que desprendía el Alfa llegaba a ser algo invasivo para el joven Omega.

El hombre bestia un perfecto traje a medida color negro y abajo de este se encontraba una camisa del mismo color, ceñida a su cuerpo, bajo la tela se podía apreciar los abdominales marcados. Sus labios eran gruesos y rosados, facciones marcadas mandíbula afiliada y esa mirada aguda hicieron temblar el interior de Taeyong sintiendo a su Omega algo inquietó.

Sus ojos color avellana se tornaron tan oscuros y profundo, se escondía bajo el flequillo de esa cabellera color castaño rojizo, su cabello era ligeramente más largo de la parte de atrás y caía por su rostro dándole un aire sumamente atractivo.

—¿desea algo más para acompañar? — logro decir luego de unos segundos.

— no, a menos que tú vengas como parte de los postres — respondió el mayor regalándole una de su coqueta sonrisa.

Taeyong parpadeo confundido y un poco incómodo se aclaró la garganta — Ummh ... Yo.. Disculpe — trato de decir pero toda las palabras se atoraron en su garganta.

— tranquilo... Solo estaba bromeando emmh.

—Taeyong... — murmuro bajito sintiéndose pequeño ante la presencia de el Alfa.

— Nakamoto Yuta, es un gusto — dijo el Alfa besando el dorso de su mano.— espero poder tener el honor de verte seguido por aquí, Taeyong —musitó con sus labios aún sobre su piel.

—lo mismo digo..— soltó el Omega soltándose de su agarre y sin perder tiempo volvió a su lugar en la barra para prepararle su café.

Después de esa extraña conversación con el desconocido Alfa, no se volvieron a dirigir palabra alguna, pero aun así Taeyong pudo sentir la penetrante mirada del mayor todo el tiempo en su persona, hasta que finalmente este decidió irse dejando una generosa cantidad de propina.

Lo que el joven Omega no sabía era que el mismo Alfa volvería al día siguiente y el siguiente, así sucesivamente hasta lograr conseguir su atención, porque había algo que Lee Taeyong tenía que a nakamoto Yuta le interesaba obtener de él.

STILL WITH ME Donde viven las historias. Descúbrelo ahora