Prologo segundo - Camino al mañana.

330 29 1
                                    

Una acalorada discusión había comenzado en cuestión de segundos, las dos hermanas mayores se lanzaban una a otra cuestiones y preguntas que no podían ni ser terminadas. La rubia no quería entrar en la trifurca, estaba preocupada por lo que veía, la niña que con la cabeza gacha que había comenzado a temblar nerviosa. Se hartó de escuchar al ver que la niña estaba descalza, se puso de píe y se acercó a sus hermanas.

Basta, las dos – Dijo en voz un poco más baja, suficiente para ganar la atención de las dos mujeres –. Están asustando a la niña.

Ante ese señalamiento el malestar volvió a invadir a la de cabellos negros, se voltio a ver a la pequeña, comprobando que su hermana no había dicho más que verdades, mino un poco en su memoria hasta que volvió a encontrar el nombre de la jovencita – Pansy, por favor, siéntate – Al instante obedeció pero no de la manera en que se esperaba, se dejó caer de rosillas en el suelo con sus manos juntas, su espalda recta pero sus ojos fijos en la madera; Bellatrix se sintió asqueada, pensando en lo que tendría que haber vivido para actuar de esa manera –. Puedes sentarte en uno de los sofás ¡el que más te guste! – La chica solo se movió en su mismo lugar sin entender lo que realmente significaba esa orden; se dio cuenta de esa contradicción interior por lo cual decidió cambiar de enfoque – Pero claro que es mejor sentarse en el suelo, a todas nos gusta ¿verdad chicas?

El tono de súplica era evidente, todas se dieron cuenta de eso, cuando la mayor se sentó de piernas cruzadas en el suelo las otras dos le acompañaron, la castaña desenfundo su varita, la pequeña se quedó atenta ante aquel objeto, con un simple movimiento hizo aparecer una suave y cálida alfombra de color verde, el tacto de las fibras en sus desnudas piernas y pies le generaron una sensación que no conocía, como si muchas pequeñas arañas se subieran en su piel (cosa que sí que conocía) caminando sin hacerle daño, era algo agradable, muy agradable, pero desconocido.

Hola cielo, soy Narcissa, Narcissa Christelle Malfoy Black – Se presentó la menor de todas, quien era la madre más reciente.

Andrómeda Elizabeth Tonks Black – Continuo.

Bellatrix Druella Black – Termino, aunque quizás no era tan necesario pues con total seguridad la pequeña ya lo había escuchado – ¿puedes decirnos tu nombre, por favor?

Quedaron sorprendidas las menores por ver a su hermana hablar con tanto tacto con alguien que no fueran parte de la familia Black, la pequeña se sintió algo extraña, debía de contestar, pero no era una orden, o quizás sí, una diluida para no parecer tan violenta, fuera como fuese, siguió con lo que sabía – Mi señora Black, me llamo Pansy...Freila Parkinson, mi señora.

Una Parkinson – Susurro la menor asombrada, conocía la tragedia de aquella familia, la compadecía pues había interactuado bastante con quien era la hija mayor de aquel linaje durante sus últimos años de escuela – creí que el tal Bill era el único miembro vivo.

No era el momento de continuar hablando sobre dicha tragedia, ya tendrían una plática entre adultas – Cuéntanos, Pansy, ¿Cuántos años tienes? – Pregunto la castaña.

El próximo año me vendia mi señora – Al darse cuenta de que eso no les decía nada, complemento su interacción –. Diez años, mi señora.

Sin duda la conversación las estaba dejando a todas más que horrorizadas, comenzarían pronto a temer genuinamente de preguntar – ¿Cuándo es tu cumpleaños? – Volvió a la carga la menor con lo que pensaba era la pregunta más inocente.

La pequeña pelinegra se quedó en silencio mucho más de lo común lo cual alerto a todas – Lo lamento, mi señora, no sé a qué se refiere – Cerro su pequeño mano izquierda en un puño e intento golpearse en la frente, lo consiguió en una ocasión –. Niña estúpida – Susurro y lo hubiera vuelto a decir si no fuese por la rápida reacción de Bellatrix que le tomo de la muñeca con la fuerza suficiente – ¿mi señora?

Más allá de tu mirada (Pansmione).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora