Capitulo 1 - Interés.

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A paso rápido consiguió llegar a otra zona de sombras, el interior del lugar no era lo que ella se esperaba; un largo pasillo repleto de agua en los laterales, con dos bifurcaciones que dan a túneles de alcantarilla, varias estatuas de serpientes y el rostro de Salazar Slytherin al fondo.

No es precisamente lo más glamuroso que se podía esperar de una persona tan...peculiar como lo fue el fundador de Hogwarts – Fue ese el primer pensamiento que tuvo la chica desde su lugar en la oscuridad. Se quiso concentrar para escuchar algo que le fuera de utilidad, pero el aroma tan desagradable del lugar, que estaba infestado en una putrefacción tan intensa como la que se puede esperar de un basurero, la pestilencia era igual a la que había sentido en su sala común, pero cien veces mayor, no era solo similar al de la fruta podrida, se debía sumar el de la carne en un avanzado estado de descomposición. Forzada estuvo a realizar ese hechizo para no detectar olores, su cabeza explotaría de lo contrario por sobresaturación.

Ya estando preparada para poder defenderse de la mejor forma posible, se asomó desde su lugar oculto para observar el largo corredor, en el suelo, del otro lado a la entrada, podía observar a alguien en suelo. Su compañero iba corriendo ya a más de medio camino, opto por seguirle solo que haciendo mucho menos ruido.

A cada paso que daba un retumbar en su interior se escuchaba, era incesante y desorientador. Algo en su mente le gritaba que estaba en peligro, exigiéndole estar en constante alerta; cuando a cosa de unas decenas de pasos estaba de su compañero, tras haber podido observar que quien estaba en el suelo no era nadie más que la pelirroja de la cual había sospechado en aquella ocasión, sus movimientos se detuvieron en seco, su cuerpo se puso tenso y sus bellos se erizaron, como si fuera gato estuvo a nada de dejar escapar un bufido que muy apenas consiguió retener. Algo se había formado en la cercana oscuridad.

¡Ginny! – El sonido de la madera impactando el suelo no fue suficiente para sacar de su trance a la chica de ojos grises que seguía observando ese lugar oscuro donde comenzaba a ver un par de ojos brillar – ¡vamos por favor! Levántate, levántate Ginny – Suplicaba el chico

Ella no lo hará – Fue entonces cuando lo que no era más que el triste brillo de dos moribundas luciérnagas en medio de la final de las noches cobro real forma, la de un alumno que con orgullo portaba la corbata de las serpientes, solo por la estatura se animó la chica a imaginar la edad –. Esta demasiado débil para hacerlo.

Tom – Llamo el chico de lentes – Tom Ryddle – Concluyo el nombre completo que consiguió poner en un nivel de alerta aun mayor a su compañera que aún no había visto –. ¿Cómo que no lo hará? Ella no esta...

No, aun sigue viva, pero apenas– Camino varios pasos hasta estar frente al león.

¿Eres un fantasma? – La ultima Parkinson se iba moviendo muy lentamente para acercarse a su compañero

Un recuerdo, preservado en un diario por 50 años – Corrigió Ryddle. Como si no le hubiera importado el dato, el león comenzó a suplicarle al inconsciente cuerpo de la hermana de su mejor amigo, una distracción perfecta que aprovecho: él se inclinó un momento para tomar entre sus dedos la varita del león que con tanto descuido desecho.

Los colores abandonaron el rostro del chico al percatarse de que su varita estaba en las manos de Ryddle – Tom, devuélveme mi varita.

Tranquilo, no la necesitaras – Dio unos cuantos pasos hasta estar frente al rostro de Salazar, posición desde la que podía observar claramente a la chica de ojos grises y ella claro que lo sabía, por eso mismo es que ya tenía su varita preparada en su mano izquierda, sintiéndose más segura y lista para defenderse.

Por favor, debemos salir de aquí, no lo entiendes, hay un basilisco – Explico.

No vendrá a menos que lo llamen –.

Más allá de tu mirada (Pansmione).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora