Capitulo 1 - Sabelotodo.

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La profesora McGonagall tuvo que intervenir para que la recién bautizada leona dejara el banco y se fuera a su mesa correspondiente donde todos estaban inmersos en un relativo silencio, los mormullos que se escuchaban abarcaban cosas malas, negativas: alumnos asustados o preocupados; las historias sobre la familia Parkinson, principalmente aquellas que mencionaban el trágico final del ultimo matrimonio, había vuelto a flote tras esas fotos de la niña en el callejón Diagon y con mucha más fuerza.

Su padre era un mortifago, mato a su madre cuando se dio cuenta de que habían tenido una hija – Era uno de los mormullos más claros que afortunadamente la de ojos grises no escucho – Yo escuche que su madre engaño a su padre con un muggle, por eso la mato – Alguien más complemento en voz baja – Dicen que Bellatrix Black la adopto para volverla una perfecta mortifaga.

Claro que las historias se volvieron más turbias cuando entraba en juego la hermana mayo de las Black quien también contaba con centenares de rumores que le ligaban de importante manera con el señor tenebroso y los mortifagos – Era su amante – Esa era la más popular de todas las historias, algo que según muchos explicaría porque nunca se caso – Tuvieron una hija que nadie conoce – Y esa era la segunda más conocida.

Fuese como fuera, el show debe de continuar. La selección de casas no tardó mucho en acabar, quedaban pocos apellidos por pasar, el director dio su discurso de bienvenida rutinario y después dio comienzo al banquete que aturdía los sentidos de casi todos, casi; la señorita Parkinson seguía en su estado de shock, sentada en esa mesa llena de corbatas carmesí con su mirada clavada en la madera en completo silencio, aun no cabía dentro suyo que se encontrara en la casa de los leones. No probo ni un solo bocado de comida, no dijo ni una sola palabra (aunque tampoco hubo persona alguna que tratara de hablar con ella), incluso, por momentos, parecía no respirar ni parpadear. La cena paso bastante rápido, antes de que se diera cuenta, ya se encontraba en unas escaleras móviles siguiendo a sus compañeros de casa hasta quedar frente al cuadro de una mujer robusta con ropajes que le recordaban a la época romana.

Alumnos de primero, deberán de recordar la contraseña, si no la dicen de forma correcta deberán de esperar a que alguien más llegue a abrir la puerta – Un pelirrojo muy parecido a la niña con la que había compartido bote, menciono la contraseña con la suficiente claridad para que la sorprendida leona de cabellos tricolor la escuchara y su mente de forma inconsciente la guardara –. También deben de recordar que cambia cada semana, las nuevas contraseñas aparecerán en el tablón de anuncios – Les ordeno que pasarán detrás de el. Al entrar en la torre los jóvenes fueron recibidos por el rugir del fuego crepitar, los sillones rellenos de rojo color los saludaron al instante. Sus ojos grises quedaron fascinados en las grandiosas vistas de las ventanas que desde su lugar podía observar – Los cuartos de chicas están a la izquierda – Señalo la primera puerta que estaba cerca de aquellas sinuosas escaleras de caoba que pronto descubriría estaban adornadas de carmesí y oro – la de los chicos, a la derecha. Observaron que sus nombres están en la placa de la puerta, sus pertenencias ya están guardadas en su respectivo cuarto ¿Alguien tiene alguna pregunta? – Nadie dijo palabra alguna – Entonces, sean bienvenidos formalmente a la casa de Gryffindor, procuren enorgullecer a nuestra casa.

El pelirrojo que como prefecto fungía se retiró de la sala camino a la salida, tenía responsabilidades que cumplir. En manada todos los recién llegados corrieron por las escaleras rumbo a sus respectivos cuartos ansiosos de saber con quienes compartirían habitación. Pansy si bien se quedó atrás, siguió a sus compañeros, pero a la distancia. Por los pasillos donde se encontraban las diferentes puertas quedaron más que saturados, a empujones y pisadas consiguió abrirse paso entre todas las alumnas, más difícil fue el observar cada una de las placas que de manera lateral a las puertas se encontraba hecha en oro y tallados los nombres con gracia y elegancia, la iluminación que las lámparas de aceite generaban hacían deslumbrar cada nombre como si fueran miembros de la realeza.

Más allá de tu mirada (Pansmione).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora