Capítulo 2

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Luego de salir del restaurante recorrimos el pueblo, tomamos algunas fotografías, compramos recuerdos en el bazar y volvimos al hotel para ducharnos. Horas después estábamos listos, la hora de ir al encuentro de la mujer que había dicho ser mi abuela se acercaba y con ello mi ansiedad crecía a gran velocidad.

Les di la noche libre a los guardias, no creí que fuese necesario llevarlos con nosotros, después de todo había aprendido a defenderme si era necesario e íbamos armados por si había que neutralizar algún ataque. Aunque la incertidumbre y la curiosidad me invadían algo oscuro se acercaba a mi camino, lo sabía.

—¿Está todo bien? Si no quieres ir o sientes miedo, aún podemos rechazar la invitación— Andrew observaba mis ojos en busca de una respuesta

—Estoy bien, tengo que hacer esto, es necesario saber de dónde vengo, quiero completar mi historia antes de hacer ningún otro movimiento, además ellos pueden ayudarnos si Merve decide volver

Salimos de la habitación hacia el estacionamiento, subimos al auto y fuimos al puesto de costura. Era una noche preciosa, las estrellas dejaban ver sus resplandecientes cuerpos en el cielo negro y una increíble luna llena asomaba su luz entre los árboles.

Al llegar al bazar, Medea nos esperaba en la puerta, frenamos justo a su lado, ella al ver que éramos nosotros subió en la parte de atrás y nos indicó el camino. Cruzamos un oscuro y tenebroso bosque hasta llegar a una gran casa escondida en el corazón de la frondosa arboleda. Parecía salida de un cuento, su aspecto de castillo un poco desmoronado era espeluznante pero hermoso.

—Wow— estaba asombrada, me encantaba aunque también daba miedo

—Esta casa ha pertenecido a nuestra familia por más de 500 años, espero algún día puedas sentirla tuya— dijo apoyando su mano en mi hombro por encima del asiento

—Creí que su casa era la del bazar, jamás me imaginé esto —la miré un poco dubitativa

—Esa es solo la fachada querida, pasamos mucho tiempo en el puesto por lo que decidimos comprar esa pequeña casita para estar más cómodos cuando trabajamos, esta es nuestra verdadera casa —me asombraba con cada cosa que ella me explicaba

Después de bajar del auto, entramos por un enorme portal de madera y hierro, pese a que era la reina de Antara jamás había visto un castillo como tal, el mío era un poco más moderno, éste parecía de la época medieval. Una vez dentro sentí paz, cómo si ese fuese mi lugar en el mundo, mi hogar, sentí un llamado de encuentro. Mi curiosidad debía ser evidente porque Medea me observaba con detenimiento.


—Pueden recorrer la casa mientras hago la cena si quieren, siéntanse cómodos, después de todo también es tu casa mi niña

Miré a Andrew para que me siguiera, aunque no había estado allí antes sentí que conocía cada punto de ese lugar y algo me estaba llamando hacia una de las habitaciones. Subimos las escaleras hasta la segunda planta y recorrimos cuarto por cuarto.

Uno de ellos me resultó familiar, había fotos de mi madre, muñecas vestidos de niña y un hermoso collar. Tomé la joya entre mis dedos, un delicado árbol de oro sobre una hermosa piedra blanca con destellos azules, no era de mi madre, podía sentirlo, la conexión era conmigo, era mío, fue tan extraño que lo arroje a la cama. Podría jurar que había sentido como si algo dentro de mí se quemara al tocarlo.

Tomé la mano de Andrew y volvimos a bajar, ésta vez en dirección a la cocina, necesitaba preguntarle a Medea que era esa curiosa roca. El delicioso aroma de su comida hizo que mi estómago rugiera en cuanto bajamos al salón, Medea ya nos estaba esperando allí.


—La familia ya está por llegar, pronto podrás conocerlos


—Estoy ansiosa por conocerlos a todos, aunque debo reconocer que estoy algo extrañada con lo que está pasando

Imperio (Trilogía Antara 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora